La Caixa y Acnur recaudan 190.000 euros para ayudar a los refugiados

Obra Social La Caixa y Acnur han recaudado 190.000 euros con una campaña de microdonativos ciudadanos para ayudar a la población siria desplazada en campos de Kurdistan iraquí. Gracias a estos donativos, la organización ha podido ayudar a hacer frente al frío del invierno. 

El director del Comité Catalán de Acnur, Joan Reventós, ha explicado este viernes en rueda de prensa del cierre de la campaña que la ayuda de los ciudadanos ha permitido ayudar a 9.000 personas -1.800 familias- en situación vulnerable de los campos kurdos Domiz 1 y Domiz.

Desde el inicio de la iniciativa, en enero de 2015, han entregado kits de recursos con un total de 9.000 mantas de lana térmica, 1.800 lonas plásticas, 1.800 bidones, 1.800 hornillos y combustible para cocinar y generar calor, a través del comité de distribución en los campos de intervención.

La agencia de la ONU para los refugiados ha priorizado la ayuda a las personas más vulnerables, como víctimas de violencia de género, personas con necesidades especiales, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, con problemas de salud o con necesidades de tratamiento psicológico.

La directora de programas internacionales de la Obra Social La Caixa, Ariadna Bardolet, ha agradecido a las personas que han hecho aportaciones a través de los canales habilitados por la entidad, una "suma de esfuerzos" que contribuirá a mejorar la vida de estas personas que han abandonado su país, que ascienden a 4,8 millones en el caso de Siria.

El CaixaForum acogió entre finales de 2014 e inicios de 2015 una exposición fotográfica para sensibilizar sobre las personas desplazadas, 'The most important thing', y Revent ha observado que esta campaña cierra el círculo con los donativos: "Es una satisfacción que el esfuerzo haya redundado en las personas que protagonizaron las fotografías", ha destacado.

"Los campos son la mejor de las peores soluciones", ha afirmado Reventós, y ha destacado la necesidad de tener vías seguras y de solucionar la situación actual, en la que 12 millones de personas se encuentran fuera de sus casas, y hasta 900.000 están en Europa, y muchos están en lo que desde enero son campos de detención, ha lamentado.

EL TESTIMONIO DE LAURA 

Laura, una refugiada siria hija de una catalana, ha hecho hincapié en que si bien la acción humanitaria no puede cambiar por completo la vida de estas personas, sí que representa "un gran apoyo" y marca una diferencia, sobretodo en campos donde hace mucho frío, y ha relatado que estuvo en un campo en el Líbano donde murió un bebé por el frío.

La razón por la que la mayoría de las personas abandona su país en guerra es porque tienen niños, ha observado Laura, que fue también desplazada dentro de Siria y ha explicado que vivió lo que es sufrir el ver caer bombas a su alrededor y sentir "como un terremoto" cuando explotan, a pesar de que el peor momento es cuando no se sabe donde caerán.

"El dolor compartido es más llevadero" ha afirmado la farmacéutica, que recibió ayuda de Acnur cuando estaba en un campo de refugiados en el Líbano, a donde huyó su familia después de que detuvieran a su padre por posicionarse contra el Gobierno, tras las matanzas que hubo durante la primavera árabe.

UN REPROCHE A LOS GOBIERNOS ÁRABES

"Fui una persona muy afortunada porque pude entrar con el pasaporte español, pero mis primos tuvieron que viajar en patera", ha afirmado Laura, y ha admitido que si bien Europa puede hacer más para ayudar a estas personas, a quien reprocha la situación es a los países árabes ricos.

Tener pasaporte español permitió también que liberaran al padre de Laura de la detención, además de que pudieran llegar a Barcelona, donde vive la joven de 32 años y, a la espera de recibir la homologación de sus estudios de farmacia para poder ejercer su profesión, realiza talleres en las escuelas e institutos para explicar sus vivencias como desplazada y demandante de asilo.