Los Mossos registran 60 hurtos al día en el Metro
Los Mossos d'Esquadra han recibido una media de 60 denuncias diarias por delitos --principalmente hurtos-- en el Metro de Barcelona en un verano el que se han batido récords de afluencia turística en la capital catalana; se trata de unas cifras delictivas que representan un aumento de menos del 1,7% respecto a las cifras del verano de 2015.
En una entrevista de Europa Press, el subjefe del Área de Seguridad del Transporte Metropolitano (Astmet), el subinspector Carles Vallès, ha explicado: "Ha habido un ligero aumento de 130 hechos delictivos, aumento que consideramos asumible porque Barcelona ha tenido este verano una fuerte atracción turística", llegando a los dos millones de pernoctaciones en hoteles y consolidándose como puerto base de cruceros.
Después de que en 2011 se dispararan los delitos en el Metro, el despliegue del dispositivo Xarxa de patrullaje conjunto de Mossos y Guardia Urbana consiguió controlar y reducir la actividad de los carteristas, aunque en 2015 se vivió una nueva subida de los hurtos, que en 2016 se ha ido corrigiendo pese a este aumento veraniego.
En cifras absolutas, se han denunciado 7.500 delitos en estos cuatro meses de verano en el Metro, por donde diariamente viajan 1,2 millones de personas, en gran parte turistas que visitan la ciudad.
55 IDENTIFICACIONES AL DÍA
El trabajo policial es intenso, con 55 identificaciones al día de carteristas --1.650 al mes--, un delincuente que tiene tres perfiles: el que está afincado en Barcelona y hace del hurto su modo de vida, el que pertenece a clanes familiares con alta movilidad que actúan en diferentes capitales europeas y el que viene solo para eventos como el Mobile World Congress y la Fórmula 1.
De hecho, el subinspector sospecha que la alta movilidad de algunos de estos delincuentes, que emigran en función de la presión policial que haya en cada momento, y que hoy actúan en Barcelona y mañana en otra capital europea, demuestra que tienen un "paraguas de alguien que les ayuda" y que conforman grandes familias delincuenciales afincadas en toda Europa.
Por eso, destacada la importancia de trabajar en red entre todas las policías europeas, que ya intercambian regularmente listas de sospechosos por correo electrónico para seguir la pista a estos ladrones denominados de "alta movilidad".
Los carteristas que actúan en el Metro han cambiado; han ido evolucionando y dejando atrás las imágenes de 2011 cuando actuaban en grupos de diez personas abordando a una víctima, rodeándola y formando aglomeraciones o tapones falsos para despistarles; ahora son más sutiles, se "mimetizan" con los turistas, van en grupos de dos o tres y hablan italiano.
Por eso, ha cambiado también la forma de perseguirles hacia un patrullaje "dirigido e inteligente" en el que se usan mucho más las cámaras de videovigilancia del Metro: unos policías están frente a las pantallas vigilando los puntos clave de las paradas más concurridas y los intercambiadores y avisan a los de paisano cuando ven actuar a un grupo.
Esta forma de actuar tiene un efecto centrífugo, que hace que los ladrones, que se sienten muy presionados en las zonas más turísticas y de más reclamo, opten por actuar en paradas más alejadas del centro, y de hecho ahora paradas como la de Collblanc y plaza de Sants están empezando a ser "problemáticas".
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