El presidente Nicolás Maduro rompe la tregua, no tiene remedio ni sienta cabeza. En pocas horas pateó la mesa de diálogo tras haber recibido una medida de gracia (temporal) como la suspensión del juicio político que le había preparado el parlamento venezolano en su contra y la marcha al Palacio de Miraflores convocada por la oposición para este jueves.
La dirigencia de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acordó el domingo pasado iniciar el diálogo con el gobierno de Maduro bajo los auspicios del Vaticano y el Papa Francisco mientras mantenía su agenda de lucha como la protesta en la calle y el juicio parlamentario para restituir el hilo constitucional roto por la anulación del referéndum revocatorio presidencial.
Pero en el debate parlamentario del pasado martes la oposición, que domina mayoritariamente el parlamento, decidió este martes postergar el juicio moral contra Maduro y la marcha a Miraflores del jueves, y esperar hasta el 11 de noviembre para ver si había avances en las conversaciones de paz entre las partes.
La decisión de aplazar la agenda de lucha para la próxima semana ha decepcionado a muchos de los seguidores de la oposición, que esperaban ver caer a Maduro esta semana. Sin embargo, Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, anunció la postergación de ambos eventos asumiendo el coste político de la decisión.
La opositora MUD ha puesto en la mesa de negociación sus cuatro cartas: cronograma electoral (elecciones presidenciales y regionales en 2016), liberación de unos 111 presos políticos y retorno de los exiliados, apertura del canal humanitario, respeto a la constitución.
El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, señaló este martes que el proceso de diálogo fue un requerimiento del Vaticano, pero si este no produce resultados, ambas partes se levantarán de las mesas y “cada quien seguirá con sus mecanismos”.
“Se ha iniciado un proceso de diálogo que no es iniciativa ni de la oposición ni del Gobierno, es un requerimiento internacional porque aquí hay una crisis grave y profunda, que es económica social y política. Si el Vaticano se ha movido a solicitar que partes en controversia deban sentarse a resolver pacíficamente los conflictos, no podemos negarnos a eso”, dijo Ramos Allup durante la sesión del Parlamento, donde fue diferido el juicio político contra el presidente Nicolás Maduro.
El parlamentario explicó que se debe asumir el costo político de sentarse con el oficialismo, pues sería mucho mayor el precio de no intentar resolver la crisis. Además, consideró que el diferimiento del orden de día era legítimo tras la liberación de algunos presos políticos (5), por lo que considera que se está “honrando la palabra”.
Sin embargo, indicó que el proceso apenas comienza. “Si pasan 10 o 12 días y no hay ningún resultado, tendremos que levantarnos y cada quien seguirá con sus mecanismos. Pensamos en buscar una solución pacífica al conflicto, ya tendremos que ver si las cosas están marchando o no”.
Maduro no se ha mostrado agradecido con sus adversarios políticos. El agradecimiento no forma parte de su vocabulario. Y por el contrario ha insultado a al diputado Freddy Guevara de “terrorista” por oponerse al diferimiento del juicio presidencial.
El mandatario también ha amenazado con encarcelar al diputado Guevara por ponerle un ultimátum de 10 días si no cambia y ofrece alguna compensación para reactivar las elecciones generales.
El gobernador Henrique Capriles que también fue insultado dijo que el “lenguaje soez de Maduro no ayuda al diálogo, pero sigo en la idea de esperar lo que pasará en las próximas horas. En Venezuela no hay un conflicto armado, en Venezuela hay un tema de voluntad política”.
El también Líder de la Unidad, señaló que ninguna solución en Venezuela puede estar por fuera de ejercer el derecho al sufragio. “Nosotros estamos peleando por los derechos que establece la Constitución. No hemos renunciado al Revocatorio, aún sigue vivo, es una solución electoral. En Venezuela la democracia está en terapia intensiva y los venezolanos la tenemos que salvar con los votos. Sin embargo, nuestro pueblo sabe que esta es una lucha desigual, porque estamos luchando contra instituciones, armas y la cúpula que se instaló en el seno de la FANB”.
Sostuvo que el día 11 de noviembre, pautado para un segundo encuentro entre los dos sectores políticos del país, es decisivo para que el gobierno de una señal “clara y contundente” del camino electoral. “Pero eso no quiere decir que en estos días no estemos haciendo nada, por el contrario, estamos discutiendo varios puntos incluyendo el económico que es lo que más afecta a los venezolanos. Si con el diálogo conseguimos el cambio político nacional, conseguimos lo que queríamos. Las elecciones generales son un escenario viable. No veamos el país hasta Maduro, tenemos que ver a Venezuela después de él”.
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"En una sociedad de engaños decir la verdad es un acto revolucionario", George Orwell.
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