La línea de metro L10 llegará a los barrios barceloneses de la Marina a principios de 2018
El Govern destinará 40 millones de la compra de inmuebles por parte del Ayuntamiento. / L'Hospitalet advierte de que el acuerdo sobre la L10 creará ciudadanos de primera y de segunda
El vicepresidente y conseller de Economía de la Generalitat, Oriol Junqueras, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han firmado un acuerdo por el que el Ayuntamiento comprará inmuebles del Govern por 40 millones para que éstos se destinen a la L10 Sur de Metro con el fin de abrir a principios de 2018 las nuevas estaciones de Foneria y Foc Cisell, en los barrios de la Marina, tras unas obras que se desarrollarán a lo largo de 2017.
Los inmuebles que adquirirá el consistorio incluyen el edificio de la Llotja, ubicado en la calle Avinyó; dos grandes piezas del ámbito de Can Batlló, y parte de las antiguas Cotxeres Borbó, entre otros espacios que el destinará a equipamientos y a vivienda pública, ha explicado Colau en rueda de prensa junto al conseller de Territorio, Josep Rull, y a la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz.
El convenio permitirá hacer llegar el Metro a los barrios de la Marina del Port y la Marina del Prat Vermell para potenciar esta zona y dar respuesta a una histórica reivindicación de los vecinos del entorno, por lo que se trata de un acuerdo que es "de justicia", según Colau, que ha resaltado que las estaciones abrirán en un área con un potencial de servicio de 70.000 personas.
Han recordado que el coste de las dos estaciones está valorado en unos 44 millones de euros, por lo que deberán trabajar para ampliar el convenio para los cuatro millones restantes estudiando nuevos inmuebles, aunque han optado por firmar ya el acuerdo para poder avanzar mientras deciden qué nueva pieza incorporan para obtener estos otros cuatro millones.
Sanz ha destacado que la llegada del Metro a los barrios de la Marina pretende "coser las conectividades necesarias" --algo que considera que debe completarse con el desbloqueo del tramo central de la L9--, a lo que Junqueras ha añadido que estas nuevas estaciones permitirán conectar esta zona con Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) y con las L1, L5 y L3 del Metro en diversas conexiones.
Preguntada por cuándo podrían entrar en funcionamiento los nuevos espacios y sobre sus usos, Colau ha destacado que lo están debatiendo pero que prevén ubicar viviendas y equipamientos para iniciativas de coproducción de políticas públicas en Can Batlló --donde ha adquirido dos naves y cinco solares--, mientras que la antigua Llotja --también conocida como el edificio de El Borsí-- tendrá usos vecinales, y el espacio de Cotxeres Borbó se destinará a equipamiento, posiblemente a una guardería.
TRAMO CENTRAL
El acuerdo no incluye continuar con el tramo central de la L9 --que debe unir La Sagrera con Zona Universitària--, aunque Rull lo ha fijado como una prioridad, pese a que antes pretende desbloquear las dos paradas de la L10 Sur en L'Hospitalet de Llobregat --Ildefons Cerdà y Provençana--, para lo que han creado una comisión bilateral con el Ayuntamiento, con el que abordar mecanismos distintos a los acordados con Barcelona.
Ha explicado que estas dos estaciones situadas en L'Hospitalet tienen un coste previsto de unos 39 millones de euros, y ha asegurado que su objetivo es que, cuando abran las de Foneria y de Foc Cisell, "en L'Hospitalet tengan la certeza de que se han reactivado las obras y que, con un plazo razonable, entrarán en funcionamiento".
Rull, que ha destacado que las obras no se detuvieron tras la entrada en servicio de la L9 al Aeropuerto de El Prat, ha resaltado que el número de usuarios de los diversos ramales de la línea se incrementará "de manera muy considerable" cuando entre en funcionamiento el tramo central, por lo que éste es el que da el sentido de movilidad a la L9.
Ha insistido en que su objetivo es repensar la arquitectura financiera de este tramo central para poder completar la infraestructura, por la que la Generalitat destina unos 450 millones anuales a pagar a las constructoras cánones "como si la obra estuviera terminada", algo que lamenta y ve como una paradoja.
"Tenemos enterrados 2.000 millones de euros prácticamente acabados sin servicio", ha aseverado Rull, quien ha criticado esta gestión y ha asegurado que han aprendido que no tiene sentido hacerlo todo de golpe, por lo que aboga por ir poniendo en servicio los tramos en los que se inyecte inversión y por alcanzar un acuerdo de financiación --también con las empresas concesionarias-- para desbloquear este tramo, con un acuerdo que quiere cerrar en el primer semestre de 2017.
COLABORACIÓN ENTRE ADMINISTRACIONES
Colau ha asegurado que la llegada del Metro beneficiará a los vecinos de los barrios de la Marina pero también al conjunto de la ciudad porque mejorará la conexión, y ha recordado que es un acuerdo que alcanzó con el grupo municipal de ERC --cuyo líder municipal, Alfred Bosch, ha acudido a la firma del acuerdo-- y que formalizó con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en febrero.
Junqueras y Colau han coincidido en destacar la importancia de trabajar conjuntamente en asuntos de interés ciudadano pese a dificultades técnicas y económicas y a discrepancias que ha señalado la alcaldesa, quien ha defendido que era necesario priorizar esta infraestructura más allá de las competencias --las obras e inversiones del Metro corresponden al Govern--, por lo que "el Ayuntamiento debe hacer todo lo que esté en sus manos para facilitarla cuanto antes mejor".
L'HOSPITALET SOBRE LAS CONSECUENCIAS
La alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, ha criticado el trato "diferenciado" de la Generalitat con las estaciones de la L10 Sur de Metro situadas en Barcelona, y ha advertido de que el acuerdo al que han llegado la administración autonómica y el Ayuntamiento de la capital catalana creará "ciudadanos de primera y de segunda".
En un comunicado, Marín ha afirmado que "el transporte público es en estos momentos un derecho más de la ciudadanía y hacer un trato diferenciado de las estaciones de la L10 en Barcelona y en L'Hospitalet significará crear ciudadanos de primera y de segunda".
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