Mas, Ortega y Rigau sacan pecho antes de su juicio: "Entraremos con la cara bien alta"

Mas ha asegurado que no deben "pedir perdón por nada" ya que cumplieron lo que entendió como una demanda mayoritaria de la sociedad catalana: votar sobre el futuro político de Catalunya. 

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El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha defendido este domingo la celebración del proceso participativo del 9 de noviembre de 2014 por el que será juzgado este lunes junto a las exconselleras Irene Rigau y Joana Ortega: "Hicimos lo que teníamos que hacer, lo volveríamos a hacer y entraremos en el tribunal con la cara bien alta. Nos querían arrodillados y nos encontrarán de pie".


En rueda de prensa en el Museu d'Història de Barcelona junto a Ortega y Rigau, Mas ha asegurado que no deben "pedir perdón por nada" ya que cumplieron lo que entendió como una demanda mayoritaria de la sociedad catalana: votar sobre el futuro político de Catalunya.


"Mucha gente se movilizó a fondo para que Catalunya pudiera expresar libremente su opinión, y desde el Govern lo canalizamos", ha asegurado frente a varios consellers del actual Ejecutivo catalán, así como al portavoz del PDeCAT en el Congreso y también investigado por el 9N, Francesc Homs, y a miembros del partido.


Mas ha defendido que, ante la demanda de una votación, defendió el proceso participativo en el que votaron más de dos millones de personas que "dieron una lección de democracia y sentido de futuro ante Catalunya, el conjunto de España y todo el mundo".


"El 9 de noviembre, Catalunya perdió el miedo a aquel Estado español que actuaba para silenciar nuestra voz. El día que pierdes el miedo eres más libre y el 10 de noviembre Catalunya era más libre que antes de poner las urnas", ha sostenido, y ha recordado que se reivindicó ya entonces a sí mismo como responsable máximo del 9N.


No obstante, ha lamentado que al haberlo llevado a cabo pese a las advertencias del Estado y pese al cambio de formato de consulta a proceso participativo se haya pretendido, a su entender, aplicar un castigo ejemplar a sus promotores: "Chocamos contra un estado intolerante, de talante poco democrático, de 'ordeno y mando', que no tolera la discrepancia".


TRIBUNALES EXTRANJEROS


Asimismo, Mas ha destacado que ni Ortega ni Rigau ni él buscan ser inhabilitados porque no son "ni mártires ni héroes" y ha anunciado que, en caso de que sea así, recurrirán la decisión al Tribunal de Estrasburgo porque, según él, permitir una votación no puede ser delito.


Al ser preguntado si contempla presentarse como candidato del PDeCAT a unas próximas elecciones en Catalunya, ha respondido que "si al final Catalunya sale adelante y se convierte en un Estado, la legislación española no tendrá ningún efecto".


En este sentido, ha matizado que, según él, no son lo mismo unas elecciones autonómicas en Catalunya que unas elecciones "para constituir el Parlament de una Catalunya Estado" y ha acusado a aquellos que recortaron partes del Estatut de destruir lo que ha definido como la única España posible, que es, a su juicio, una España plurinacional.


PRESIÓN A LA JUSTICIA


Preguntado por si la movilización de apoyo convocada para el lunes puede considerarse como una manera de presionar al poder judicial, Mas ha tachado de "mentiras y falsedades" esas afirmaciones, y ha vaticinado que el resultado del juicio puede tener un efecto acelerador sobre el proceso independentista ya que permitirá, según él, ampliar la base del movimiento soberanista.


Así, Mas, Rigau y Ortega han revelado que sus abogados no han acabado de perfilar su defensa ante el juez y que los tres seguirán una misma estrategia, que no ha querido desvelar aún, ni tampoco si contestarán o no a todas las preguntas de la Fiscalía.


Ortega ha cargado contra los que en su día le recriminaron, según ella, no tener compromiso con Catalunya y ha reiterado que su único compromiso como vicepresidenta era con el expresidente Mas: "Aquellos que pidieron mi cabeza no sé si lo hubieran hecho", ha alegado sobre la decisión de seguir adelante con el 9N.


"Lo que acabarán juzgando es el alma del 9N: ninguna inhabilitación parará la voluntad de ejercer un derecho fundamental", ha argumentado Ortega, que ha añadido que el 9N fue el día en el que más honró su condición de servidora pública.


A su vez, Rigau ha revelado que el expresidente Mas le pidió "contar con la comunidad educativa para facilitar equipamiento y voluntarios" para la realización de la consulta y ha destacado el papel de los voluntarios tanto en tareas logísticas como por encargarse de que, al día siguiente, los institutos abrieran con normalidad.



"HIPERCONVENCIDO" DE QUE NO DESOBEDECIÓ


El expresidente de la Generalitat Artur Mas se sentará desde este lunes en el banquillo de los acusados y lo hará "hiperconvencido" de que con la consulta sobre la independencia del 9 de noviembre de 2014 no desobedeció la orden de suspensión del Tribunal Constitucional (TC) aunque cree que lo condenarán con su inhabilitación.


En el juicio, que está previsto que comience a las 9 horas ante el TSJC, comparecerán también como acusados la exvicepresidenta del Govern Joana Ortega y la entonces consellera de Enseñanza Irene Rigau: los tres están acusados de desobedecer y prevaricar al seguir preparando la consulta tras suspenderla el TC.


Mas, Ortega y Rigau se enfrentan a una posible inhabilitación para ejercer cargos públicos pero no a penas de cárcel, una vez que el tribunal haya rechazado la petición de la acusación popular de jugarles también por malversación de fondos; la Fiscalía también descartó esta última acusación y se limita a achacarles desobediencia y prevaricación.


La Fiscalía sostiene que los tres continuaron con los preparativos de la consulta después de que el TC la suspendiese cuatro días antes --el 4 de noviembre-- pero los acusados se defienden diciendo que dejaron la organización de lo que califican como "proceso participativo" en manos de los voluntarios.


LA CLAVE DEL JUICIO


La clave del juicio será comprobar cuál fue el papel que Mas, Ortega y Rigau jugaron desde el 4 hasta el 9 de noviembre y los fiscales tratarán de probar con testificales y documentos que, pese a simular haber dejado la consulta en manos de los voluntarios, realmente continuaron tutelando los preparativos.


La sesión del lunes empezará con la resolución de las cuestiones previas que planteen las partes y luego será el turno de los interrogatorios a los acusados --Mas, Ortega y Rigau, por este orden--.


El martes declararán los testigos de la Fiscalía y la acusación popular --algunos de estos también pedidos por las defensas-- y el miércoles y jueves está previsto que comparezcan fundamentalmente los reclamados por los letrados de Mas, Ortega y Rigau, para acabar el viernes con la prueba documental, informes y última palabra de los acusados.


Entre los testigos, no estará el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, ni el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ya que el tribunal rechazó esta petición de Mas, Ortega y Rigau al considerar que son "absolutamente ajenos" a la causa del 9N.


MOVILIZACIÓN DEL INDEPENDENTISMO 


Las entidades soberanistas ANC, Òmnium, AMI y ACM han vuelto a plantear la jornada de este lunes como una oportunidad para movilizar al independentismo y han convocado una concentración en las puertas el tribunal para arropar a Mas.


Se espera que miles de personas --se han inscrito cerca de 40.000-- reciban al expresidente y a las exconselleras ante el TSJC y extiendan su protesta hasta que finalice el juicio.


Según las entidades, se han organizado 157 autocares para desplazar a los manifestantes desde distintos puntos de Catalunya, a los que se sumarán unos 500 cargos electos que acudirán al paseo Lluís Companys para expresar su apoyo a los tres investigados.


Mas, Rigau y Ortega también recibirán apoyo institucional: a las 8 horas el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, hará una declaración institucional desde la Galería Gótica de la sede del Ejecutivo catalán.


Tras esta declaración, Puigdemont, el vicepresidente Oriol Junqueras, la mayoría de miembros del Govern y los tres encausados avanzarán en comitiva desde el Palau de la Generalitat hasta la sede del TSJC por las calles del barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera de la ciudad de Barcelona.

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