La cara B del cierre de la Model: Trabajadores ignorados y un ayuntamiento sin plan

 

El cierre de la Model ya se ha consumad. 113 años de una historia llenas de historias que ahora los ciudadanos podrán conocer. El conseller de Justicia, Carles Mundó, ha aparecido hoy como un héroe por haber logrado el cierre de un centro incomodo para la ciudad y para los vecinos. Pero ha ocultado qué va a pasar ahora.

De hecho, desde que se ordenó el cierre de la cárcel el conseller se comprometió a no despedir ni a un solo de los trabajadores, funcionarios e interinos, pero desde hace un tiempo ya no habla de ellos. Desde UGT-Presons denuncian que en estos momentos ya hay 54 interinos despedidos y 36 esperando la carta que los envía al paro, ya que su renovación expira en breve. Hecho que afecta a los trabajadores y a sus familias, por lo que el sindicato ha decidido presentar su queja al Síndic de Greuges.

Los presos parece que tampoco van a tener mejor suerte. Mientas se ha ido retransmitiendo como los últimos 24 presos abandonaban las centenarias instalaciones para ir destinados a diferentes centros como Brians 1, se ha ignorado el nivel de hacinamiento que van a vivir a partir de ahora a falta de una nueva infrestructura. La reubicación de presos en el escaso mapa de centros penitenciarios de Catalunya va a provocar "situaciones de alto riesgo para la seguridad" de las cárceles y de sus trabajadores "debido a la masificación que ya se está produciendo".

Mundó prometió en su día la construcción de un nuevo centro de preventivos en la Zona Franca que debería estar listo en 2025, pero en las últimas apariciones públicas el conseller no ha hecho ninguna mención. La UGT denuncia que se está haciendo referencia al nuevo Centre Obert, situado en Trinitat Vella, y el nuevo Centre de Dones, pero éste es el sustituto de Wad-Ras.

El sindicato recuerda que si no se pone en marcha el nuevo centro de la Zona Franca, el conseller de Justicia no sólo incumplirá su promesa, sino que también dejará en la calle a "centenares de trabajadores de la Model que han sido obligados a dispersarse por el centro de Catalunya" sin pensar en las repercusiones que suponen para ellos y sus familias.

La noticia del cierre de la Model ha sido un evento en Barcelona y en Catalunya, pero los trabajadores han sido ignorados por los responsables políticos.

LA PROBLEMÁTICA VECINAL

Lo mismo ha sucedido con los vecinos de la zona. Los mismos que reclamaban su cierre temen que el ayuntamiento de Ada Colau siga con el plan previsto y obligue a los inquilinos de un edificio de la calle Entença a dejar sus viviendas y alejarse del centro con unas condiciones económicas muy distintas. Eso sin contar con la especulación inmobiliaria que ya se está produciendo en la zona.

Pero el Gobierno municipal ha sido escueto en respuestas. El miércoles anunció un proceso participativo para decidir los usos del espacio que ocupa La Model, que prevé que puedan ejecutarse a partir del próximo mandato.

En este sentido, el líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Alfred Bosch, ha asegurado que los futuros equipamientos del centro penitenciario La Model pueden ejecutarse a partir de ahora y que no hace falta esperar.

En declaraciones a los medios este jueves después del cierre de la prisión, Bosch ha afirmado que "es posible ya desde hoy empezar a prever, diseñar y tirar adelante los futuros equipamientos", y lo ha pedido al Ayuntamiento, ya que considera que es su obligación.

Bosch ha celebrado el cierre de la prisión, ha destacado el papel del conseller de Justicia de la Generalitat, Carles Mundó, por "su trabajo impecable" para poder llevar a cabo este proceso, y ha felicitado a los vecinos, porque cree que han luchado durante décadas para conseguirlo.

Ante la posibilidad de instalar viviendas de alquiler social, Bosch se ha mostrado abierto a esta opción, aunque ha alertado de que no estaba en el plan director previsto, por lo que ha pedido que se discuta con los vecinos y los actores implicados, y que no suponga "un pretexto para alargar los plazos".