Medio millar de alcaldes reafirman su apoyo al referéndum unilateral ante el president Puigdemont
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dicho que el Estado reacciona con amenazas porque se da cuenta tarde de que el proceso soberanista iba en serio y ahora tiene miedo: "Y más que daremos".
Carles Puigdemont ha reivindicado este sábado el derecho de los catalanes a decidir su futuro en las urnas el 1-O en un acto organizado en el paraninfo de la Universitat de Barcelona por la Associació Catalana de Municipis (ACM) y la Associació de Municipis per a la Independència (AMI), la entidad que agrupa a 787 de los 948 ayuntamientos de Catalunya y representa al 43% de la población catalana.
Al clausurar el acto, el presidente catalán ha afirmado que "el Estado tiene un problema con la democracia" y que además tiene miedo de que los catalanes se expresen en un referéndum porqué "cuando la gente sale a la calle y a votar, no defiende lo que quiere el Gobierno central".
Antes han intervenido los presidentes de la AMI, Neus Lloveras, y de la ACM, Miquel Buch, además de alcaldes y del vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, y se ha leído un manifiesto por el que los ayuntamientos prometen ceder espacios para el referéndum, apoyar al Govern y al Parlament, y no dar un paso atrás ante impedimentos políticos y jurídicos del Estado.
EL ESTADO HA PASADO DE LA MOFA A LA AMENAZA
En su discurso, Puigdemont ha dicho que el Estado cuenta con jueces, fiscales, abogados del Estado, diplomacia, 'lobbies' económicos y cloacas --ha dicho-- con las que se siente fuerte, pero no tiene "lo más importante, que es la gente".
"Han pasado de la mofa a la amenaza, al estado de amenaza, que es la demostración más clara de otro estado: el estado del miedo" de quien lo creía todo controlado pero se da cuenta de que no es así, y Puigdemont lo ha contrastado con el papel de los ayuntamientos y su compromiso con permitir la votación en el referéndum.
Además, ha constatado la voluntad de los alcaldes catalanes de escuchar y atender sin pedir antes qué opinión tienen sus vecinos sobre la independencia, y lo ha contrapuesto al Gobierno central, "que, en función de la respuesta, trata como ciudadanos de primera o como ciudadanos de segunda".
ROER LA DEMOCRACIA O REFORZARLA
En un juego de palabras, ha dicho que la disyuntiva que el Govern propone a la ciudadanía obliga a elegir entre urnas o 'arnas' --polillas, en catalán--: "Las polillas que van royendo la democracia o las urnas que refuerzan la democracia y la hacen ganadora".
Puigdemont ha subrayado que el referéndum debe servir para escuchar la voluntad del conjunto del pueblo de Catalunya, "las verdaderas personalidades del país", en referencia implícita al reciente manifiesto firmado por un centenar de miembros del mundo político, jurídico y empresarial pidiendo que no se lleve a cabo el 1-O y que la Generalitat busque un acuerdo con el Gobierno central.
“SE ASUMIRÁ LO QUE SE TENGA QUE ASUMIR”
Por su parte, el colectivo de alcaldes ha reiterado que cederán al Govern los espacios municipales y los recursos necesarios para el referéndum del 1 de octubre: "Se asumirá lo que se tenga que asumir", ha asegurado el alcalde de Bolvir (Girona), Bartomeu Baqué.
La alcaldesa de Ulldemolins (Tarragona), Cori Montlleó, ha asegurado que su consistorio se pondrá a disposición del Govern y del Parlament para que las urnas puedan ponerse en las calles: "Pondremos a disposición todos los espacios municipales y los recursos que haga falta".
La primera edil de Berga (Barcelona), Montse Venturós, ha dicho que "el proceso de ruptura con el Estado español no va de sillas" para conservar el poder; ha acusado al Gobierno central de antidemocrático al judicializar un proceso político, y ha pedido a los ayuntamientos que trabajen en favor de las demandas de los catalanes.
El alcalde de Tivissa (Tarragona), Jordi Jardí, ha subrayado que la ley no debe ser una amenaza y que los ayuntamientos deberán aportar todas las infraestructuras para ejercer "el más sagrado de los derechos, que es la libre autodeterminación de los pueblos".
Su homólogo de Sabadell (Barcelona), Juli Fernández, ha destacado que el encuentro de este sábado es "un acto democrático y no independentista", y la alcaldesa de La Bisbal del Penedès (Tarragona), Agnès Ferré, ha dicho que hay cansancio pero que también hay fuerzas para llegar hasta el final.
"NO PODEMOS DAR FALSAS ESPERANZAS"
El alcalde de Ripollet (Barcelona), José María Osun, ha considerado el 1-O como una "oportunidad irrenunciable para cambiar las cosas que era inimaginable hace unos años", y la alcaldesa de Òs de Balaguer (Lleida), Estefanía Rufach, ha asegurado que la salud y la educación serían pilares inamovibles en una Catalunya independiente.
La primera edil de Corçà (Girona), Maria Carme Güell, ha defendido que los municipios no pueden huir del clamor popular: "Debemos darles una solución, una salida. No podemos darles falsas esperanzas a nuestros vecinos", y ha insistido en que los ediles deben dar respuesta a las demandas de sus vecinos de poder votar.
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