Zapatero, Aznar y González acusan al Gobierno de Puigdemont de romper la convivencia
El ex presidente popular ha asegurado que "antes que España, se romperá Catalunya". | González ha subrayado que "Catalunya no será independiente". | Zapatero ha pedido no poner demasiado "expectativas" en que una reforma de la Carta Magna pudiera facilitar la solución.
Los tres ex no se habían reunido desde el verano de 2015.
Los expresidentes del Gobierno Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero han participado este miércoles en una mesa redonda organizada por Vocento para debatir sobre las primeras elecciones democráticas, celebradas hace 40 años. Y, obviamente, ha salido a debate el conflicto con Catalunya.
A tan sólo un día después de que los partidos soberanistas catalanes hayan presentado al Parlamento la ley de referéndum con la que pretenden celebrar la consulta separatista del 1 de octubre, Aznar ha asegurado que "antes que España, se romperá Catalunya".
Para González, esta presentación fue un "bodrio" realizado en un teatro que además sigue los pasos del Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. "Intentar acabar con su Constitución para, si no gana los votos, ganar por las botas", censuró.
En este contexto, Felipe González ha defendido la necesidad de abrir el diálogo para abordar el conflicto catalán, una vía que puede "dar sorpresas", e incluso intentar conseguir un consenso para una reforma constitucional.
Sin embargo, Zapatero pidió no poner demasiado "expectativas" en que una reforma de la Carta Magna pudiera facilitar la solución.
Para Aznar, que se declaró "reformista convencido", primero se deben explicar las cuestiones que deben reformarse y si hay consenso para hacerlo. "Si no, no perdamos el tiempo", ha defendido.
González recordó que tuvo que hacer frente a grandes desafíos durante su mandato, ha subrayado que "Catalunya no será independiente" y, a partir de ahí, ha aceptado que se trata de "un problema para España", aunque y que cree que hay "vías" para encontrar una solución.
El socialista ha animado a poner en marcha un diálogo porque puede haber "sorpresas" y abrir "incluso la vía constitucional", que cree que podría haber sido ya objeto de debate ya durante los últimos dos o tres años en una subcomisión del Congreso . "Exploramos la posibilidad de acuerdo. Seguro que no hay acuerdo de todos, pero exploramos", ha insistido.
Sin embargo, planteó la Constitución como "una norma habilitante" que las nuevas generaciones pueden "enmendar para adaptarse a la nueva realidad", pero que "si tratan de hacer en cada generación una nueva norma de convivencia se producirá una situación caótica" .
"INCITACIÓN CLARA a la sedición"
Ahora, González cree que sobre la mesa hay "una incitación clara a la sedición" con el anuncio de celebrar el referéndum independentista el 1 de octubre. Pero ha recordado que la acción del Tribunal Constitucional está limitada a declarar la vulneración de la Carta Magna y no puede dar ningún paso posterior.
Luego, en cuanto a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, ha aceptado que es "afortunadamente ambiguo" y sólo cita los gobernantes a dar los pasos necesarios para volver la realidad al ámbito constitucional. "El problema es que asumir la responsabilidad política de cumplir y hacer cumplir la Constitución es bastante duro", reconoció.
Aznar dijo estar "al 95 por ciento" de acuerdo con este análisis y las discrepancias podrían llegar por las vías para la solución. Pero antes, a pesar de declararse reformista "convencido", había sostenido que no se perdiera el tiempo en buscar una modificación de la Constitución sin existir el consenso para ello.
En su opinión, este proceso "terminó también demoliendo en Catalunya" y ha pedido que se preste ayuda a aquellos catalanes que defienden la libertad, la democracia y la ley porque cree que "para ellos pasa el futuro del país".
Los tres ex mandatarios apuestan por la vía del diálogo y las reformas.
POCAS EXPECTATIVAS EN UNA REFORMA CONSTITUCIONAL
Antes, Zapatero había mostrado convencido de que el problema de Catalunya es "superable" y "se puede resolver" igual que se llegó a un periodo de tranquilidad después de "30 o 40 años en los que la angustia para el futuro de España era el País Vasco". "Como país y nación que se considera, sabe que la fortaleza está en un equilibrio razonable entre una sociedad inequívoca y el respeto a la identidad territorial", ha apostado.
En su opinión, lo que hay es "hacer política" pero dar pasos "con inteligencia" para "ir conquistando a favor de esta convivencia". Y ha dejado claro que la soberanía del pueblo español es "inequívoca" y "no hay ni un indicio de derecho a la autodeterminación ni la habrá". Del mismo modo que ha rechazado los referendos como vía de solución para que, a su juicio, sólo "dividen y quién pierde pide la revancha".
En este punto, ha aceptado que una reforma de la Constitución "puede ayudar" a resolver el conflicto pero pidió no poner "grandes expectativas" en esto. "Se podría mejorar algo, pero más importante que la Constitución es la voluntad política", ha insistido.
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