El Gobierno ruso se encuentra tras la campaña de desinformación en Catalunya

Según un análisis del Real Instituto Elcano sobre "la guerra de la información de Rusia" en el territorio. 

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Kremlin rusia 2

 

Kremlin rusia 2

Dentro de la guerra de la información. 



Un análisis del Real Instituto Elcano sobre "la guerra de la información de Rusia en Catalunya" considera que "la exitosa combinación de varios instrumentos de la guerra de la información" en este caso "ha hecho necesario el apoyo del Gobierno del régimen autocrático".


Así como de las agencias de inteligencia, "que definen las principales debilidades y problemas internos de un país", y de ciberinteligencia.


El estudio define la actividad rusa como "combinación" que integra diversos instrumentos: "ciberguerra, ciberinteligencia, desinformación, propaganda y colaboración con actores hostiles a los valores de la democracia liberal".


GUERRA DE LA INFORMACIÓN


El documento, firmado por la investigadora principal del Instituto Mira Milosevic-Juaristi, señala que lo que distingue a Rusia de otros 'ciberactores' y divulgadores de mentiras es que la guerra de la información es una estrategia militar definida en la última Doctrina Militar de la Federación de Rusia, oficial desde 2014.


Mientras en los conflictos de Siria y Ucrania la acción rusa ha consistido en combinar fuerza militar con guerra de información, explica, en los países occidentales "donde su objetivo es ganar influencia y no territorios", el foco está puesto en la guerra de la información.


Aunque los responsables rusos, incluido el presidente Vladimir Putin, han apoyado públicamente la integridad territorial de España, esta experta ve plenamente vigente que no hay que confundir las "relaciones exteriores" rusas con su "política exterior", que pretende devolver a Rusia su estatus de "gran potencia" disputando zonas de influencia a Estados Unidos.


En el caso de Catalunya, detalla que, además de difundir mensajes verdaderos y falsos en las redes sociales, la actividad rusa ha incluido ofrecer un "punto de vista alternativo" en las televisiones estatales rusas, y también los medios estatales que publican en inglés y español -RT y Sputnik-.


DESCREDITO DE LA DEMOCRACIA


Entre sus contenidos más significativos, el estudio menciona el uso de la fuerza por parte del Estado como "violencia deliberada" y "práctica franquista", o el decir que la UE reconocería la independencia catalana "después del proceso de adhesión", o bien que la UE ordenó a España una acción represiva para evitar otro Brexit


Comparar el referéndum catalán con el de Crimea o decir que Catalunya está "al borde de una guerra civil" como Donbas en Ucrania -donde Rusia apoya a los separatistas- han sido otros mensajes comunes.


Todo ello, explica, con el fin de desacreditar la democracia española y el orden liberal occidental, fomentar la división entre españoles, desacreditar las instituciones europeas, crear confusión y distraer la atención de los ciudadanos rusos de sus problemas internos.


El análisis añade que el Gobierno español debería investigar esta injerencia rusa y recuerda cómo Alemania, durante la campaña de las elecciones legislativas, tomó una serie de precauciones para impedir la interferencia rusa.


Con todo, avisa de que "es imposible que Occidente responda con total éxito" a los instrumentos empleados por Moscú porque, aunque "las agencias de inteligencia pueden hacer cosas inteligentes", los gobiernos occidentales no pueden restringir el flujo de información ni el uso de Internet". 


Según esta investigadora, si bien los países occidentales están bien preparados para una "ciberguerra en estado puro", su respuesta a la guerra de la información "no ha sido adecuada" por tres motivos: "por considerar que Rusia se autodesacredita divulgando noticias falsas", por no comprender que hay una verdadera "guerra con Rusia" y "por suponer que contar la verdad es suficiente, lo que no es así".


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