Santi Vila mantiene su futuro político a la expectativa de los resultados electorales del 21D
El exconseller de Empresa de la Generalitat dimitió el 27 de octubre tras conocer la decisión de Puigdemont de no convocar elecciones. Pasó una noche en prisión y salió después de acatar el 155.
Santi Vila, exconseller y político con futuro
El exconseller de Empresa de la Generalitat dimitió el 27 de octubre tras conocer la decisión de Puigdemont de no convocar elecciones. Pasó una noche en prisión y salió después de acatar el 155.
En los días previos a la aplicación del artículo 155 y al cese fulminante de sus compañeros de Gobierno, Santi Vila ya se postulaba como posible candidato a la Presidencia de la Generalitat ante la posible convocatoria electoral por parte de Puigdemont.
Como es sabido, el expresident había manifestado insistentemente que no se presentaría a unas próximas elecciones, pero los acontecimientos han ido por otros derroteros. Santi Vila, tras su dimisión y con el resto de exconsellers en la cárcel y en Bélgica, se acercó a su partido, el PDeCat, para proponerse como candidato a las elecciones del 21D. Una oferta recogida con recelo hasta que Puigdemont diera un paso al frente para liderar la candidatura.
Los suyos le llamaban traidor y 'botifler', porque abandonó en el último minuto el 'procés'. Renegó de la independencia y abrazó el 155 en su declaración ante la juez Lamela, algo que se le reprochó hasta el ensañamiento y que luego ha sido el camino por el que han transitado el resto de sus compañeros de Gabinete.
"Es un líder político de futuro". Josep Lluís Bonet, presidente de Freixenet, describió con estas palabras a Santi Vila, la gran esperanza blanca del nacionalismo no secesionista hasta su caída en desgracia. Vila fue bautizado como 'el Macron catalán', joven, moderno, europeísta, ajeno a la corrupción del pujolismo y con un perfil muy mediático.
"Lleva la política en la sangre y no resultará fácil que la abandone", comenta un veterano diputado de Unió, que lo conoce bien. Vila, 43 años, se afilió en ERC casi en sus tiempos de Universidad. Años después se pasó a CiU, fue concejal y alcalde de Figueras, diputado autonómico y llegó luego al Gobierno catalán, donde ocupó tres consejerías.
Su fama de ser 'el puente' con Madrid, el interlocutor de Ana Pastor, la actual presidenta del Congreso, y el soberanista con mejor cartel en la Moncloa, no ha jugado demasiado a su favor. Se sabe también que le gusta el flamenco y va a los toros, toda una herejía entre el catalanismo más cerril y antiespañol.
Su futuro político pasa por los resultados del 21D. Según los votos que coseche, el PDeCat podría abordar un congreso de refundación en el que se impondrían las tesis de quienes han rechazado la línea independentista. El objetivo de Vila sería dirigir una nueva Convergència, al estilo de los primeros tiempos de Pujol. Ni independentista, ni radical y con una decidida vocación de tener peso en Madrid.
Incluso podría desenterrar la vieja idea de crear su propio partido, una formación trasversal, a lo Macron, para concurrir en unas próximas elecciones contando con importantes apoyos sociales, empresariales y hasta políticos.
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