Indignación entre los trabajadores de las 'embajadas' catalanas por no ser reubicados por el Govern
Una veintena de estos trabajadores han recurrido a la ayuda de la Generalitat, pero la respuesta ha sido que la responsabilidad recae en el Gobierno central.
Raül Romeva era el conseller de Exteriores de la Generalitat
Los trabajadores de las delegaciones del Govern en el exterior, las llamadas 'embajadas' catalanas, han comenzado a recibir la notificación de despido, a raíz de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que supuso el cierre de estos departamentos, a excepción de la oficina de Bruselas.
Muchos de estos empleados tienen contratos indefinidos, como los basados en la legislación de Reino Unido, Francia, Italia o Dinamarca. Para acceder al cargo, participaron en un concurso público y se les considera trabajadores públicos, que no funcionarios.
Una veintena de estos trabajadores han recurrido estos días a la ayuda de la Generalitat, pero la respuesta ha sido que la responsabilidad recae en el Gobierno central, lo que ha provocado el descontento de los recién despedidos, según informa 'El Confidencial Digital'.
“Ahora no tenemos dónde caernos muertos después de años trabajando para Catalunya en el exterior. Esperábamos alguna solución, y lo único que hacen es dejarnos completamente tirados”, denuncia uno de los despedidos. “Me quedo en el paro y con dos hijos. Mi situación es penosa”, relata otro.
El Ministerio de Exteriores les permitió reincorporarse a sus puestos de trabajo para hacer “gestión interna y administrativa”, pero en ningún caso “ningún acto institucional”, ya que las delegaciones habían sido “cerradas” con el 155.
Es personal contratado por la Generalitat, al que el Gobierno ofreció la posibilidad de reubicar en otros organismos no afectados por el cierre de las delegaciones en el exterior decretado en aplicación del artículo 155.
El Departamento de Exteriores de la Generalitat, que dirigía Raül Romeva, había comunicado a los trabajadores que quería "explorar" la posibilidad de trasladarlos, al menos a aquellos con contrato laboral vigente, a otros organismos públicos dentro de su ámbito geográfico.
Finalmente, el plan no ha salido adelante, la Generalitat no les ha buscado una alternativa y se ha procedido a los despidos. La mayoría de los afectados se muestran profundamente "indignados".
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