Pilar Urbano: "La Infanta ha demostrado ser muy inteligente"
La periodista Pilar Urbano ha escrito sobre la Casa Real, el 23-F, el juez Garzón o los atentados del 11-S, y con 'La pieza 25' ahonda en el caso Nóos.
Pilar Urbano escribe 'La pieza 25'
Con medio siglo de periodismo a sus espaldas, Pilar Urbano ha escrito sobre temas como la Casa Real, el 23-F, el juez Garzón o los atentados del 11-S. En 'La pieza 25. Operación salvar a la Infanta' (La Esfera de los Libros) ahonda en el caso Nóos, o caso Urdangarin, en que por primera vez miembros de la monarquía declararon ante la Justicia. Libro a libro, Pilar Urbano continúa fiel a la fórmula de las '5 íes': Intuición + Instinto + Inteligencia + Insistencia + Independencia.
En el libro te refieres al juez José Castro como insobornable. ¿Es eso excepcional, no debería ser la norma?
Tendría que ser la norma, pero, claro, cuando en un caso influyen temas políticos y de altas instancias, y en este caso incluso figuraba la familia real, pues no han faltado los intentos de presión, no han faltado los intentos de darle un toque. Ya le conocen, ya saben que no admite ni un Rolex ni una invitación a una paella. Es un hombre que no va a saraos...
Intentos de soborno no ha habido, pero intentos de molestarle, muchos: embadurnarle la puerta con cemento, estropearle las cerraduras con silicona, ponerle cámaras para fotografiarle al salir y al entrar, hacer seguimientos, rajarle las ruedas...
Ese tipo de asuntos son molestos, te pueden presionar, como decirle 'aquí hay un jefe de Seguridad de Zarzuela que quiere tener una conversación contigo'. Cuando digo insobornable me refiero a eso, que no admite precios, ni la presión, que fue muy fuerte: toda la Fiscalía del Estado irrumpió contra él recurriendo la imputación de la Infanta, y la Agencia Tributaria también cambió de opinión sobre unas facturas.
Nóos se descubre de casualidad a raíz del caso Palma Arena y la construcción del velódromo, pero ¿hubo también olfato judicial para enlazar las pistas, como un email con copia a Iñaki Urdangarin y un contrato de Nóos?
Efectivamente, hay una memoria rara en los detectives, la policía, los jueces, los periodistas o los investigadores que hace que un dato pequeñito se te queda dentro, y eso es lo que pasó, un nombre, Nóos, con dos 'o', que (el juez Castro) lo había visto en alguna parte, en un email que mencionaba a Iñaki. A él se le había quedado eso, pero cuando él vio el dossier, por casualidad, que se encuentra dentro de un archivador, en ese momento no lo asocia, fue después. Sí se da cuenta que no tiene que ver con el velódromo, lo puso a parte y quiso saber qué era ese presupuesto y quien era ese Diego Torres.
Recreas reuniones, por ejemplo, de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y el fiscal Pedro Horrach, que parecen sacadas de una novela ¿era esa tu intención, o es que la historia en sí ya parece ficción?
Esa reunión está reconstruida a partir de las informaciones del fiscal Pedro Horrach, el comisario Antoni Cerdà, la inspectora Julia Vázquez y más personas que aparecen en esa escena, de la que sale el nombre de operación Babel, que está relacionado con el apellido Torres. Esa escena la reconstruyo a partir del testimonio aisladamente de cada uno de ellos, hago que me cuenten todo lo que recuerdan de esa reunión, unos se acuerdan más, otros se acuerdan menos, hay quien se acuerda hasta de los nombres de todos los asistentes y cómo estaban sentados, incluso de detalles de las ventanas.
Al escribir algo veraz con mucho detalle y con diálogos más o menos normales, la gente puede pensar que me lo haya inventado, no, lo he reconstruido a base de hablar con unos y otros. Narro de un modo que se lee como un thriller, quiero que se lea como una novela para que la gente disfrute leyendo, que se meta en el relato, pero no es novela, es una investigación de hechos escalofriantemente ciertos.
¿Intentaste entrevistar a Iñaki Urdangarin y a su socio Diego Torres?
Hablé con el abogado de Urdangarin (Mario Pascual) en Barcelona y fui a Ginebra también para hablar con Urdangarin y la Infanta, pero justamente se habían ido de viaje y dejé una nota con mi dirección y teléfono. Estuve con Diego Torres una o dos largas mañanas en Sant Cugat y después mantuve con él mucha relación telefónica y por email, y me ha dado bastante material.
Estuve también con el abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters, que es una fiera, que lo mismo te manda a hacer puñetas que luego te llama princesa. Él ha sufrido una gran persecución y por parte de parapolicías y de sicarios.
En el libro hablas de "interferencias" políticas e institucionales, ¿cuál consideras que es la más escandalosa?
La más escandalosa para mí es que el rey Juan Carlos reúna en SOS al presidente del Gobierno, Rajoy; al ministro de Justicia, que entonces era Gallardón, al fiscal general del Estado Torres-Dulce y al fiscal Anticorrupción Antonio Salinas. La única duda que tengo es si fue Torres-Dulce y/o Salinas, porque pudo haber más de una reunión. Eso no es de recibo. Recuerdo a Montesquieu y la división de poderes.
No es de recibo que se haya montado una operación de Estado y el fiscal redacte de su 'puño y tecla', desde su ordenador, lo que hay que hacer y lo envíe a los abogados de la Infanta. Eso no se puede hacer. Mi libro es una denuncia, pero no en los juzgados. Cualquier ciudadano puede hacer una denuncia y usar mi libro, luego ya verá el juez, yo tengo cintas grabadas. Todo está.
Si el Rey lo sabía, ¿el caso Nóos se ha convertido en un teatro?
El Rey lo sabía... ¿qué es lo que sabía?
Por lo menos sabía que burocráticamente la Infanta figuraba en las empresas, como vocal en Nóos y como socia al 50% en Aizoon.
El Rey sabe que la Infanta funda con Urdangarin Namaste 97 con sus dos hijos entonces, y ahí sí que hay un consejo, que no lo hagan, por una razón, porque es convertir lo que era separación de bienes en ganancial. Se les advierte que disuelvan esa sociedad, y la disuelven, pero automáticamente crean otra, Aizoon, empresa que, según la Agencia Tributaria, es una mercantil vacía sin actividad, ficticia, creada con el único ánimo defraudatorio. Es muy fuerte, ¿no? Lo dice la Agencia Tributaria, no es una opinión de nadie.
Yo no sé qué sabe el Rey. Hay un email de la reina Sofía en el que felicita a Urdangarin por la creación del Instituto Nóos. Está Carlos García Revenga, asesor de las infantas, como tesorero del Instituto Nóos. ¿Hasta qué punto lo sabe el Rey?
Es difícil pensar que un balonmanista, por muy listo que sea, que no lo es, pueda asesorar y entender de pronto, repentinamente, de gasolinas como Cepsa y Repsol, de coches como Volvo... Además, es curioso, asesoraba a la competencia, porque eran Volvo, Audi, Toyota... También eran Telefónica, Movistar, Tous... Sabía de joyería, de inmobiliaria, de tabacos, de licores, de armas, etc. Este hombre entiende de repente de todo.
La agenda de la infanta Cristina no tiene esos contactos ni por sus estudios ni por su trabajo, ni por su vida de soltera ni por su vida de casada. Esa es la agenda del Rey, no es la agenda de la Infanta. Puede haber duda del Rey en algo que no es ilícito, porque no es ilícito ser consejero en una empresa, pero luego está que los negocios en las empresas públicas se hacen en la Zarzuela y en Marivent, que son de la Jefatura del Estado. Eso es muy serio.
¿Crees que sin el rastro que dejan los emails, a lo mejor no estaríamos hablando del caso Nóos?
Esto ya son conjeturas, pero en el año 2012 le piden al juez que impute a la Infanta y él no tiene pruebas, en cambio, en el 2013 ya ha llegado todo el aluvión de los emails. Ya ha ido teniendo facturas, ha hecho entradas y registros... Sí, si no hubiera habido emails, no hubiera habido caso Nóos. La autodefensa de Diego Torres es la que descubre el caso Borbón.
De hecho, una de las conclusiones del libro es que no hay ninguna de respuesta de la Infanta a todos los mensajes de su marido, que es lo que, de alguna manera, la salva.
Ella es muy lista, no deja pruebas, no deja huella, pero también debo decir que había 10.000 emails, de los que solo se han presentado trescientos y pico. Ese 'hacker' del CNI que yo cuento en mi libro en un momento determinado, es estrañísimo, es estrañísima su presencia. Mario Pascual no se enteraba de nada y Urdangarin se había ido a Washington sin llevarse material alguno: De pronto, ante la guerra de los emails, Pascual encarga a un informático que le ordene los archivos estos.
Supongo que en estos casos un abogado llama a un informático de confianza, pero no a un 'hacker' superespecializado argentino que trabaja para el CNI. Ahí es cuando el juez dice, ojo, que tenemos al CNI dentro. A veces a la Policía no le gusta, porque es un servicio paralelo, pero en este caso era qué peligro hay, hasta dónde llega la información o qué cosas debemos destruir. Hay esa duda.
¿Fue clave la declaración de Pepote Ballester, conseller de Deportes de Jaume Matas, quizás por sentirse utilizado y por la condición humana, que a veces hace que reaccionemos cuando estamos enfadados?
Pepote se indigna. En un principio, no va a hablar para nada del caso Nóos ni de Iñaki, sino para decir que él no se ha llevado ni un euro de nadie y colabora con la Justicia para que le rebajen la pena. Él habla sobre el caso Palma Arena y, en una de las conversaciones, casi sin darse cuenta, dice algo así como que 'en el tema de los foros y de Iñaki yo también intervine'.
Ahí es cuando se encienden las alarmas.
Hubo varias sesiones y le tiran de la lengua. Pepote, en ese tiempo, estaba enfermo por leucemia, y le decía 'me jode, Iñaki, que sólo me llames para pedirme dinero y no me preguntes ni cómo estoy yo'. Ha habido muchos daños colaterales, no solo de enfermedad, sino de gente que ha perdido prestigio y trabajo, y de niños que no sonríen. ¿Si hubo enfado por parte de Pepote? Sí. Se ha visto utilizado por su amistad con la familia real, tanto por Jaume Matas como por Iñaki. Y porque le utilizaran en un negocio llevado a cabo torpemente hecho por Iñaki y por la Administración.
Si no se hubiera imputado a la Infanta, ¿se hubiera cerrado el caso en falso, en el sentido de que hubo más de 300 interrogatorios y en muchos de ellos salía ella mencionada?
Esa es la frase que utiliza el juez: 'Yo no puedo cerrar en falso este caso. Aquí hay cinco miembros en la ejecutiva de Nóos y yo he llamado a declarar a cuatro: Iñaki Urdangarin, Diego Torres, Carlos García Revenga y Miguel Tejeiro. No puedo hacer esa excepción. ¿Por qué no llamo a la Infanta?'. Imputó a la Infanta, pero no sólo porque estuviera en el Instituto Nóos, que es por donde entraba el dinero sucio ilícitamente obtenido y que no se podía declarar a Hacienda, era un dinero opaco del que vivían. Estaba también en el sitio donde se reciclaba el dinero, que era Aizoon. Ahí se regularizaba ese dinero como ingresos de facturas cruzadas falsas.
Ya en el juicio, muy bien sentada, decía 'yo no sé qué hace mi marido en Nóos'. El juez le decía: 'Usted presidía juntas, según las actas. Tiene su firma aquí. Tiene asignaciones. Se ingresan en su cuenta y de su cuenta pasan a otra'. Para dejar libre a la Infanta ha habido una conspiración de delito por parte de su marido alrededor de ella.
Para que ella sea inocente de verdad, él ha debido utilizarla a espaldas de ella engañándola. Para que ella no se halla enterado de nada tiene que ser ciega o tonta. La Infanta ha demostrado ser muy inteligente, no sólo en lo de no dejar huella, sino en el mismo interrogatorio. Hubo 1.060 preguntas del juez, estrechas, de cintura, con seis preguntas ya está enganchada una persona. Le han hecho 1.060, y ella ahí, manteniendo su rango, su elegancia, su clase, con su 'lo siento señoría, no puedo ayudarle'.
¿Valió la pena la declaración de la Infanta ante el juez teniendo en cuenta que no aclaró nada?
El juez dice 'para esto, señora, más valía que no hubiese venido'. Las respuestas de ella eran 'no me consta', 'no me consta', 'no me consta'. Él le dijo 'a mí, sí me consta'. Valió la pena por la Justicia, pero no por el resultado porque ella tenía derecho a no decir verdad. Yo no digo que mintiera, pero no dijo verdad. Dice que no sabe de una comida que ha encargado con cinco menús infantiles, de viajes... El juez le pregunta 'usted, señora, ¿nunca le preguntó a su marido quién pagaba todo esto?'. Ella decía 'no hablamos de negocios en casa', pero si su marido le envía informes y datos ¿cómo no van a hablar? Hubo un momento que dijo 'no hablamos de nuestros negocios'.
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