La célula yihadista de Tarrasa fue detenida por el alto riesgo de que cometiesen un atentado
Así lo ha explicado el instructor policial del caso durante el juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional.
Uno de los acusados en la Audiencia Nacional.
Los Mossos d'Esquadra detuvieron a los presuntos integrantes de la célula yihadista desarticulada en Tarrassa en abril de 2015, en la denominada 'operación Caronte', por el riesgo inminente de que cometiesen un atentado.
Así lo ha explicado el instructor policial del caso durante el juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional contra los diez acusados por integración en la organización terrorista 'Fraternidad Islámica. Grupo para la predicación del Yihad' y para los que la Fiscalía pide condenas de entre siete y 19 años de prisión.
Según ha contado el agente, los Mossos venían investigando al grupo del "entorno de la mezquita" de Tarrassa desde 2014 y en un primer momento la actividad de la célula estaba más relacionada con el adoctrinamiento de jóvenes para, entre otras cosas, que viajaran a Irak o Siria y unirse al grupo terrorista Estado Islámico.
TRASLADO A PAÍSES EN CONFLICTO
Así, ha relatado que en verano de 2014 los investigadores alertaron al juez de instrucción de un posible traslado a países en conflicto y de que uno de los integrantes de la célula ya había viajado hasta allí y estaba combatiendo, tal y como él mismo contó a su mujer y uno de los acusados en una llamada telefónica.
Por eso, ha remarcado que los Mossos solicitaron la activación de un agente que se infiltrara en la célula, lo cual fue aceptado.
Según el relato ofrecido durante el juicio, el agente encubierto fue aceptado inmediatamente por el grupo y en las primeras conversaciones que tuvo con ellos ya salió a relucir la actividad del Estado Islámico.
"La función del agente era pasar testimonio de las conversaciones que tenían los investigados", ha explicado el mosso a preguntas de la fiscal Dolores Delgado, a quien ha informado que "quincenalmente se elaboraba un acta" con los datos de que disponía y ésta se enviaba a su vez al juez instructor.
ADOCTRINAR DESDE EL PRIMER DÍA
Según el agente, el mosso encubierto no temió nunca por su seguridad, sino que "estaba muy tranquilo dentro del grupo, muy seguro", por lo que los investigadores no se plantearon tomar medidas extraordinarias.
"Desde el primer día ya estaban intentando adoctrinar al agente como persona nueva en el grupo. Esto nos chocó porque tan rápido es muy difícil. En comparativa con otros casos, la integración del agente fue muy rápida", ha añadido.
El mosso ha indicado que en la reunión que la célula mantuvo en la peluquería en la que trabajaba uno de ellos, Antonio Sáez 'Aali', el 13 de septiembre de 2014 ya se habló de atacar una sinagoga o de secuestrar a una persona, en concreto a la "directora de una sucursal de banco", para pedir un rescate y así financiarse.
En concreto, el agente ha dicho que fue Sáez el que expuso su plan al resto de asistentes a la reunión -entre los que ha identificado a todos los acusados más un menor que ya fue condenado por estos hechos- y aseguró que tenía perfectamente identificada a la posible víctima del secuestro.
En todo caso, ha contado que la actividad de la célula se paralizó en otoño cuando llegó a sus oídos que estaban siendo investigados.
Poco después, en diciembre, fue cuando tres de los acusados viajaron en coche por Europa en dirección a Turquía para presuntamente pasar a Siria a combatir en las filas del Estado Islámico.
Desde España se emitieron órdenes europeas de detención y fue así como se consiguió detener a los tres en la frontera entre Bulgaria y Turquía, después de lo cual los Mossos solicitaron la entrada y registro de las viviendas de los investigados, ya que los arrestos podían llevar a los demás a destruir pruebas, según el agente.
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