El Barça perdona una goleada apoteósica al Real Madrid y alza la Supercopa (5-2)

El Barça alzó este domingo la Supercopa de España en Arabia Saudita tras una contundente victoria de 5-2 sobre el Real Madrid. Bajo la dirección de Hansi Flick, quien ha renacido al Barça, el equipo catalán demostró una vez más su superioridad en el clásico. Fueron cuatro goles al descanso y, si no hubiera sido por la inoportuna expulsión del portero Wojciech Szczesny en el segundo tiempo, se estaría hablando probablemente de una goleada sin precedentes.

El partido comenzó con un susto para los culés cuando Kylian Mbappé adelantó al Real Madrid con un golazo a la contra, poniendo el 0-1 en el marcador. Sin embargo, el joven talento Lamine Yamal igualó el partido con un sutil disparo tras una precisa asistencia de Robert Lewandowski. El propio Lewandowski adelantó al Barça poco después, transformando un penalti provocado por una plancha de Camavinga sobre Gavi, dejando el 2-1 al descanso.

Luego, Raphinha amplió la ventaja con un potente cabezazo tras un centro milimétrico de Koundé. Alejandro Balde, aprovechando un contraataque letal tras un córner en contra, desnudó las debilidades defensivas del Madrid y firmó el 4-1. El inicio del segundo tiempo fue un recital ofensivo para los blaugranas. Raphinha completó su doblete con un remate cruzado tras un pase al espacio, haciendo el 5-1 y sentenciando el encuentro.

Mbappé forzó la expulsión de Szczesny y evitó males aún peores

El Real Madrid logró maquillar el resultado gracias a un gol de falta de Rodrygo, después de la expulsión de Szczesny, al derribar a Mbappé cuando el francés le encaraba, y en un momento en el que el Barça estaba encaminado a una goleada histórica. La expulsión de Szczesny permitió que el Madrid equilibrara el juego, pero el título nunca estuvo en peligro para el Barça. 

Iñaki Peña entró para suplir la baja en la portería y mantuvo el control defensivo. Por su parte, Vinicius se marchó retirado tras no aportar absolutamente nada en todo el partido más allá de una buena asistencia a Rodrygo que terminó con un balón en el poste.

Durante el partido, cabe destacar que Gil Manzano decidió no mostrar la segunda amarilla a Camavinga y al propio Vinicius, por un agarrón y un pisotón, cuando ambos tenían ya la primera vista.