Tres excursionistas estaban descendiendo una montaña en Sudáfrica cuando sufrieron fracturas en las piernas tras un ataque de unos babuinos "agitados", que les empezaron a tirar rocas. "Tres excursionistas sufrieron fracturas en las piernas, después de que una roca se estrellara contra el sitio donde estaban", afirma la organización Wilderness Search and Rescue, con sede en el Cabo Occidental.
Según la publicación, el extraño incidente ocurrió el mes pasado después de que un grupo de siete alpinistas se embarcara en una expedición de rappel en las remotas montañas de Banhoek en el Cabo Occidental.
La excursión iba bien hasta el segundo día cuando los aventureros se detuvieron para almorzar y notaron que había una manada de babuinos del Cabo sobre ellos en el acantilado que estaban descendiendo. Estos simios, que son algunos de los monos más grandes del mundo - pesan hasta 40 kilogramos y miden 1,2 metros de largo-, parecían "agitados y curiosos" observando a los humanos.
“Esta fue la tercera vez que bajé por este acantilado y la primera vez que vi y escuché babuinos allí”, comentó uno de los excursionistas.
Sin embargo, los alpinistas no pensaron mucho en ello y continuaron su descenso por el acantilado. Fue entonces cuando las cosas comenzaron a ponerse difíciles: dos de los excursionistas decidieron descender en rappel por una cascada, cuando una enorme roca de 60 kilogramos, lanzada por los babuinos, golpeó la cornisa en la que estaban parados los cinco restantes.
La enorme piedra “explotó con el impacto”, enviando fragmentos de “roca afilada como una navaja” a los excursionistas como metralla, rompiéndoles tres piernas y dejando a otro con una herida superficial. Mientras tanto, un quinto excursionista fue derribado por una piedra, pero su arnés de seguridad lo detuvo a mitad de la caída.
Desafortunadamente, el deslizamiento de rocas provocado por los primates estaba lejos de terminar: los monos continuaron arrojando piedras sobre los excursionistas como si fuera un asedio medieval, obligándolos a buscar refugio en la pared del acantilado.
A pesar de su ubicación remota, los excursionistas lograron hacer una llamada de SOS. Se movilizó un helicóptero Air Mercy Service y un equipo de Wilderness Search And Rescue (WSAR).
Al llegar, el equipo usó cabrestantes para bajar a los paramédicos a la cornisa donde estaban acurrucados los escaladores. Luego, el excursionista con las lesiones más graves fue "puesto en una camilla y trasladado a una zona de aterrizaje cercana", mientras que "los dos pacientes restantes fueron izados desde la cornisa en arneses de rescate".
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