EE.UU. contra Trump
Más de 600 mil manifestantes toman las calles en los 50 estados y en ciudades de todo el mundo para rechazar la agenda del presidente. Desde Nueva York hasta Lisboa, el mensaje fue claro: no en nuestro nombre.
Estados Unidos ha vivido este sábado una de las mayores jornadas de protesta desde los primeros años de la presidencia de Donald Trump. Manifestaciones coordinadas se han llevado a cabo en los 50 estados, con más de 600.000 personas registradas para participar, según los organizadores. Las movilizaciones también se han extendido a una docena de ciudades en el extranjero, con eventos simultáneos en países como Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal.
En el país, las imágenes captadas han mostrado calles llenas en ciudades como Nueva York, Chicago, Atlanta y Salt Lake City, así como en localidades pequeñas como St. Augustine, Florida. En Washington D. C., decenas de miles de manifestantes han rodeado el Monumento a Washington, convirtiendo el corazón político de la nación en un epicentro de reclamos ciudadanos.
Amplia gama de reivindicaciones
Las protestas han reflejado una amplia diversidad de preocupaciones. Los manifestantes han expresado su oposición a los recortes presupuestarios propuestos por la administración, a la deportación de inmigrantes legales, al debilitamiento de programas sociales y a lo que describen como ataques sistemáticos a las instituciones democráticas.
Entre las demandas más repetidas han figurado la defensa del derecho al aborto, la protección de la educación pública y los parques nacionales, la garantía de atención médica para veteranos y sectores vulnerables, y la exigencia de elecciones libres y justas. También se han rechazado los recientes aumentos arancelarios anunciados por el gobierno, que han provocado una fuerte caída en los mercados financieros internacionales.
Presencia política y discurso opositor
Varios líderes demócratas han participado activamente en las movilizaciones. El representante Jamie Raskin (Maryland), principal figura del Partido Demócrata en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, se ha dirigido a la multitud en Washington:
“Tenemos derecho a protestar por lo que es justo sin ser arrestados, deportados ni despedidos. Incluso tenemos derecho a llamar al presidente loco por desestabilizar nuestra economía y destruir seis billones de dólares de riqueza”.
El representante Maxwell Frost (Florida) también ha intervenido, acusando a “multimillonarios corruptos y megacorporaciones” de fomentar el autoritarismo en el país.
Movilización en el extranjero
Además de las protestas en territorio estadounidense, ciudadanos estadounidenses residentes en el extranjero se han congregado en importantes capitales europeas. En Fráncfort, Berlín, París, Londres y Lisboa, cientos de manifestantes han expresado su solidaridad con la resistencia interna en Estados Unidos. Las marchas se han organizado frente a embajadas y consulados, y los participantes han reclamado el respeto a los derechos fundamentales y al Estado de derecho.
Protestas en zonas conservadoras
Una de las características destacadas de la jornada ha sido la participación en bastiones tradicionalmente conservadores. En St. Augustine, un pequeño municipio de 14.000 habitantes en un condado de mayoría republicana, decenas de ciudadanos se han manifestado con carteles como “El rey de la corrupción” y “Que la mentira vuelva a ser un error”.
En el condado de Ventura, California, unas 600 personas se han sumado a una manifestación centrada en temas como el medio ambiente, la seguridad social, el racismo estructural y los beneficios para veteranos. En Hollywood, suburbio de Fort Lauderdale, Florida, los manifestantes han rechazado las políticas del presidente al grito de “Trump y Musk se tienen que ir”, en alusión a la creciente influencia del empresario en la política conservadora.
Contexto político y económico
Las protestas han coincidido con un momento de creciente tensión política y malestar económico. La administración Trump ha promovido una serie de medidas fiscales que han generado divisiones dentro del Partido Republicano. Las propuestas incluyen recortes a Medicaid, SNAP y otras ayudas federales, en paralelo con un paquete de aranceles que, según analistas, encarecerá el costo de vida para los ciudadanos.
El resurgimiento del movimiento opositor ha coincidido también con una victoria reciente del Partido Demócrata en Wisconsin, donde un candidato progresista ha ganado un escaño clave en la Corte Suprema estatal, a pesar de los 25 millones de dólares invertidos por Elon Musk en apoyo al candidato republicano.
Una resistencia revitalizada
Después de un periodo de relativa calma, la jornada del sábado ha marcado el retorno de la movilización ciudadana masiva contra la administración Trump. La diversidad de los participantes —trabajadores, estudiantes, profesionales, jubilados— y la amplitud de sus demandas sugieren una oposición amplia y estructural que podría influir en el panorama político de cara al próximo ciclo electoral.
Las calles han hablado con fuerza. Y lo han hecho con un mensaje claro: la resistencia sigue viva, y se reorganiza para enfrentar lo que muchos consideran una amenaza directa al sistema democrático.
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