Cinco años de la llegada del coronavirus a Catalunya: los días que cambiaron nuestra forma de vivir

Catalunya fue una de las comunidades más afectadas durante la primera ola de la pandemia

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El passeig de Gràcia de Barcelona, durante un momento del confinamiento. Foto: Europa Press

 

Se cumplen cinco años de la llegada del coronavirus a Catalunya, un aniversario que invita a la reflexión sobre una etapa que marcó profundamente la vida social, económica y emocional de la ciudadanía

El 25 de febrero de 2020 se detectó el primer caso confirmado de COVID-19 en el Hospital Clínic de Barcelona: una mujer italiana residente en la ciudad que había viajado a la región de Lombardía. Era el inicio de una crisis sanitaria sin precedentes que, semanas después, derivaría en un confinamiento generalizado y en cambios que todavía hoy se sienten en la sociedad catalana.

Tras ese primer positivo, los contagios se multiplicaron de forma progresiva. El 13 de marzo de 2020, el gobierno de la Generalitat decretó el cierre de todos los centros educativos, mientras los hospitales comenzaban a prepararse para un aumento de ingresos que desbordaría el sistema sanitario en las semanas siguientes. Al día siguiente, el gobierno español declaró el estado de alarma y el confinamiento domiciliario de toda la población, restringiendo la movilidad y limitando la actividad económica a los sectores esenciales.

A partir de ese momento, la vida cotidiana se transformó de forma radical. Las calles de Barcelona, habitualmente bulliciosas, quedaron vacías; los aplausos a las ocho de la tarde en los balcones se convirtieron en un ritual de agradecimiento al personal sanitario, y el teletrabajo, las videollamadas y las clases en línea pasaron a formar parte de la rutina diaria.

Catalunya fue una de las comunidades más afectadas durante la primera ola de la pandemia. Según datos oficiales, en los meses de marzo y abril de 2020 se registraron miles de contagios y fallecimientos, muchos de ellos en residencias de personas mayores, donde el virus tuvo un impacto devastador.

En los meses siguientes, llegaron los cierres perimetrales, los toques de queda y la obligatoriedad de llevar mascarilla, medidas que acompañaron a la espera de la ansiada vacuna, que empezó a administrarse en diciembre de 2020.

Cinco años después, la sociedad catalana recuerda aquel periodo como un tiempo difícil, lleno de incertidumbre, miedo y dolor, pero también de solidaridad y resiliencia. Hoy, la pandemia ha dejado un legado de aprendizaje colectivo sobre la importancia de la salud pública, la ciencia y el apoyo mutuo en tiempos de crisis.

Este aniversario es también un homenaje a quienes estuvieron en primera línea y a los que no sobrevivieron a la enfermedad, recordando que el coronavirus cambió Catalunya para siempre.

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