El agua regenerada, una solución resiliente ante la sequía
Un año más, Aigües de Barcelona conmemora el Día Mundial del agua reafirmando su objetivo de hacer del ciclo integral del agua un círculo perfecto a través del agua regenerada. Una apuesta clave en un momento en que el cambio climático no mujer tregua.
Apenas entrada la primavera, el planeta celebra este 22 de marzo el Día Mundial del agua. Para la cita de este año, Naciones Unidas ha posado el foco en la "Conservación de los glaciares". Precisamente el hielo, la nieve y los glaciares son elementos gravemente perjudicados por el avancament del cambio climático. El calentamiento global acelera un deshielo de los glaciares que implica repercusiones no solo ambientales, sino también sociales y económicas. Una crisis climática que amenaza el planeta entero y que pide actuar para hacer frente en el problema.
El cambio climático se posiciona como el principal reto de la humanidad en pleno siglo XXI. Todo ello mientras, todavía, más de 2 millones de personas al mundo son privadas del acceso a agua potable y la escasez de agua afecta la mitad del planeta.
Catalunya no es ajena y sufre una situación de sequía grave que ya dura más de tres años. A pesar de que las lluvias esporádicas de los últimos meses han paliado mínimamente la situación, los embalses de las cuencas internas se encuentran alrededor del 45% de su capacidad. Si miramos atrás la última década, se situaba al 65%. Y, desgraciadamente, la sequía ha llegado para quedar. Según la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), en 2027 el déficit hídrico del área metropolitana de Barcelona será de 130 hectómetros cúbicos, el equivalente a unas 300 piscinas olímpicas. Solo quedan dos años para llegar a estas cifras si no se toman medidas para evitarlo.
El agua regenerada, una solución para un ciclo del agua circular
En un momento en que el ciclo de un recurso escaso como el agua está en peligro, Aigües de Barcelona lleva tiempo apostando por una solución sostenible: el agua regenerada.
De este modo, el ciclo del agua suma un paso más desprendido de la depuración: la regeneración. Es decir, las aguas residuales provenientes de la red de saneamiento se depuran y, posteriormente, reciben un tratamiento adicional que permite reutilizarlas en varios usos. Los más comunes son el agrícola, el ambiental, el industrial y el urbano.
Desde la Estación Regeneradora de Agua de la depuradora del Baix Llobregat, se impulsan hasta 1.500 litros de agua por segundo hasta Molins de Rei. Allá se incorporan al caudal del río en condición de agua prepotable. Posteriormente, y después de recorrer ocho kilómetros, el agua llega en su punto de captación de la planta potabilizadora de Sant Joan Despí, donde volverá a tratar y potabilizar para enviarla posteriormente a los hogares metropolitanos.
Solo en 2024, Aigües de Barcelona regeneró tanta agua como la que consume un miló de personas en un año entero: un total de 43,3 hectómetros cúbicos. Además, se trata de un proceso más sostenible que otras propuestas para combatir la escasez hídrica. Por ejemplo, regenerar agua tiene un coste energético hasta tres veces inferior al de desalinizarla y genera casi un 50% menos de huella de carbono.
Con esta apuesta por la agua regenerada, Aigües de Barcelona refuerza su propósito de asegurar el suministro de agua de calidad a los 23 municipios del área metropolitana, en cualquier circunstancia; haya o no sequía.
Hacia unas instalaciones más resilientes
Para hacer realidad este camino hacia ciudades más resilientes, hay que invertir y convertir las infraestructuras del ciclo integral del agua en instalaciones resistentes, robustas y adaptadas al cambio climático. Con este objetivo, se está desplegando un plan de inversiones, coordinado entre Aigües de Barcelona y la administración, para profundizar en la aprovechar todos los recursos hídricos disponibles.
Una de las actuaciones previstas en el plan es la que concierne la planta potabilizadora del Besòs. En esta planta se ha llevado a cabo la primera fase de unas obras que permitirán recuperar la Reguera Condal como recurso para el abastecimiento. Pero la compañía tiene un plan más ambicioso para esta instalación: ampliar la infraestructura para aprovechar el agua directamente desde la cabecera de la Reguera y también del río.
La planta potabilizadora la Estrella de Sant Feliu de Llobregat es otra de las instalaciones que la compañía está actualizando. En este caso, Aigües de Barcelona trabaja para incluir dos nuevas líneas de tratamientos pioneros en potabilización: la ósmosis inversa y el carbón activo, para el conjunto de los cinco pozos, con una capacidad de tratamiento de hasta 1.000 litros por segundo. Con estas obras de mejora, la nueva línea de carbón activo tratará el 75% del agua, mientras que el 25% recibirá tratamiento por ósmosis inversa. Esta actuación permitirá aprovechar toda el agua disponible en estos momentos de escasez hídrica a la cuenca mediterránea. Aigües de Barcelona prevé finalizar las obras a la planta potabilizadora la Estrella de Sant Feliu de Llobregat este 2025.
La innovación, la capacidad tecnológica y la colaboración públicoprivada son clave para continuar garantizando el agua potable y de calidad en la región metropolitana, ya castigada por los efectos de la crisis climática. El objetivo está claro: avanzamos hacia un futuro más sostenible para andar plegados, personas y planeta.
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