Un año de Parlament paralizado tras la declaración de la República más breve del mundo
El Parlament cumple este sábado el primer aniversario desde que el 27 de octubre de 2017 declaró "la república catalana como estado independiente y soberano", que duró 8 segundos y desencadenó el 155.
El Parlament cumple este sábado el primer aniversario desde que el 27 de octubre de 2017 declaró "la república catalana como estado independiente y soberano", que duró apenas ocho segundos y desencadenó la aplicación del artículo 155 que intervino la autonomía de Catalunya.
Estos 365 días se han caracterizado por la caída de la actividad parlamentaria: en este periodo la Cámara ha aprobado cinco decretos ley y tres leyes. En la práctica, este año, la Cámara catalana ha sido paralizada. Una de las leyes aprobadas era para impulsar la investidura del expresidente Carles Puigdemont a distancia, y fue suspendida por el Tribunal Constitucional.
Esta actividad casi nula contrasta por ejemplo con la que hubo de octubre de 2016 a octubre de 2017: en ese periodo la Cámara aprobó 25 leyes, incluidas la de pobreza habitacional y la del referéndum de independencia.
En este año la Cámara catalana ha vivido tres fases de parálisis:
- La primera del 27 de octubre de 2017 al 17 de enero de 2018, desde que el Parlament fue disuelto por el 155 y se volvió a constituir tras las elecciones catalanas de diciembre.
- La segunda, del 30 de enero -el intento fallido de investir a Puigdemont- al 14 de mayo, cuando los partidos independentistas llegaron a un acuerdo para investir al actual presidente de la Generalitat, Quim Torra.
- Y la tercera, del 18 de julio al 2 de octubre, periodo en que surgieron las discrepancias JxCat-ERC por los diputados suspendidos por el Tribunal Supremo, y ambos grupos siguen defendiendo posiciones opuestas.
CUATRO INVESTIDURAS FALLIDAS
El Parlament también ha vivido varias situaciones inéditas, como tener escaños vacíos porque los diputados están en prisión y la imposibilidad de investir a varios candidatos a presidente pese a que existía la mayoría independentista suficiente para obtener la confianza de la Cámara.
A Puigdemont se le exigió volver de Bruselas para ser investido, lo que no hizo porque no quiere ser detenido por la Justicia; a Jordi Sànchez el Supremo no le permitió salir de la cárcel en dos ocasiones; y a Jordi Turull el mismo tribunal lo encarceló entre la primera y la segunda sesión de investidura.
SIN UNA MAYORÍA CLARA
La última controversia ha surgido porque JxCat, ERC y la CUP han perdido la mayoría independentista que tenían: 4 diputados de JxCat y uno de ERC no están votando en los plenos por su situación judicial.
Esto significa que la Cámara ahora mismo se divide entre 65 diputados partidarios de la independencia y 65 contrarios: el reglamento del Parlament fija que, si las votaciones acaban en empate, las iniciativas son rechazadas.
Ante este escenario de bloqueo, Torra se enfrenta al reto de aprobar los Presupuestos de la Generalitat de 2019: para lograrlo deberá convencer al grupo de los comuns, el único de la oposición que se ha mostrado predispuesto a negociar.
¿SE DECLARÓ LA REPÚBLICA?
Una de las grandes dudas que surgen un año después del 27-O es si el Parlament llegó a declarar la república, y esta será una de las cuestiones que planeará en el juicio a los líderes soberanistas.
La república se declaró a través de una resolución, y este tipo de iniciativa parlamentaria se divide en dos partes: una exposición de motivos que no se vota y no tiene efectos, y otra parte dispositiva, que es la que se vota en el pleno y sí tiene efectos.
En todo caso, la teórica República catalana duró 8 segundos.
Para blindarse ante futuras acciones judiciales -que acabaron llegando igualmente-, JxSí y la CUP incluyeron la declaración de la república en la parte que no se votó, pese a lo cual aseguraron que la habían proclamado.
Además, buscaron dar solemnidad al momento, ya que el entonces diputado de JxSí Roger Torrent pidió a la entonces presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, que leyera la declaración ante el pleno; y Puigdemont no pidió la palabra en ningún momento del debate.
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