Falta de inversión y una dirección opaca: la rotativa del Grupo Zeta encara el futuro con pesimismo
Cunde el desánimo entre los 54 trabajadores de la imprenta del Grupo Zeta, instalada en Parets del Vallès. "Si no hay inversión, la planta se morirá por inanición", afirma el portavoz del comité de empresa.
Gráficas de Prensa Diaria, rotativa del Grupo Zeta en Parets del Vallès (Barcelona)
El Grupo Zeta lleva años atravesando una situación turbulenta. Con una deuda acumulada que asciende a 100 millones de euros y una operación de venta encallada, la empresa editora de 'El Periódico' y 'Sport' suma más de 100 despidos en sucesivos recortes de personal. Recortes que se han concentrado en la redacción, pero que podrían salpicar en un futuro a la rotativa.
Txema Bernal es el portavoz de CGT del comité de empresa de Gráficas de Prensa Diaria, la imprenta del Grupo Zeta. Bernal afronta con pesimismo el futuro de la planta que el grupo mantiene en Parets del Vallès (Barcelona): "Por la falta de estrategia que Zeta ha demostrado en los últimos años, lo más probable es que nos presenten un expediente colectivo de extinción".
En las instalaciones de Parets trabajan unos 54 empleados, la mayoría de ellos con muchos años de antigüedad e incluso a punto de jubilarse. Todos trabajan bajo las condiciones de un convenio caducado en 2015 que la empresa aún no ha renovado, pese a la promesa de una reunión para tratar este asunto convenida en marzo de este mismo año.
Aunque el portavoz de CGT deposita sus esperanzas en el nuevo director de recursos humanos, Carlos Jiménez, también comenta que la opacidad sobre el porvenir del grupo mediático es la tónica de todos sus contactos con la dirección patronal.
Ante este panorama de falta de liderazgo e incertidumbre --sumado a una reducción salarial que ya afectó a la plantilla en 2013--, Bernal asume que "la venta implicará la venta de todo el grupo, también de la planta de impresión".
El portavoz sindical añade que "en la planta hay problemas de suministro ya que el grupo tiene una política de pagos que algunos proveedores no han soportado", y concluye que "si no hay inversión, la planta se morirá por inanición".
Un final triste para unas instalaciones inauguradas en el año 2000 por Asensio padre y el rey emérito Juan Carlos I que fueron presentadas como un hito tecnológico en el mundo editorial.
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