Jaume Bosch se lamenta: sectores centralistas "no han acabado de asumir" que Catalunya tenga policía propia
Bosch ha recordado que Cs, PP y Vox apuestan por una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución que afecte a los Mossos d'Esquadra y que su concepción del modelo de seguridad "junta la visión centralista con una visión reaccionaria".
El exsenador, exdiputado y profesor del máster de Dirección estratégica de policía y seguridad (UB-ISPC) Jaume Bosch ha criticado que "sectores del centralismo español no han acabado de asumir que Catalunya disponga de policía propia".
Así lo ha dicho al publicar 'La nostra policia' (Eumo), tiempo después de ser subdirector de coordinación de las policías locales de la Generalitat y miembro de los consejos de dirección y pedagógico de la Escola de Policia de Catalunya, además de ponente del Estatut de 2006, exdiputado del Parlament y exsenador de ICV (actualmente es vocal del Consell Nacional del partido).
Bosch ha recordado que Cs, PP y Vox apuestan por una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución que afecte a los Mossos d'Esquadra y que su concepción del modelo de seguridad "junta la visión centralista con una visión reaccionaria".
Bosch considera que una nueva intervención de la autonomía catalana sería "muy dura" para los Mossos porque en el cuerpo hay gente que piensa de diversas maneras, pero tienen claro que dependen de la Generalitat, ha señalado.
El hilo conductor de su libro (sobre el modelo de seguridad de Catalunya desde 1978 hasta finales de 2017) es que ha habido una "desconfianza permanente del sector centralista" intercalada con acuerdos puntuales entre Generalitat y Gobierno central.
La última etapa de gobierno del PP, para él, estuvo marcada por esta situación porque la Junta de Seguridad de Catalunya no se reunió durante ocho años y el Gobierno de Mariano Rajoy se opuso a que los Mossos se integraran en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) y en Europol, pese a la alerta antiterrorista.
El PP "no quería aceptar que los Mossos son policía de verdad" y que ejercen competencias del Estatut y la Constitución, según Bosch, que formó parte del equipo de la Generalitat que definió el modelo de seguridad de Catalunya en los años ochenta.
Mossos e independentismo
Sobre el debate reciente por el papel de los antidisturbios de Mossos ante movilizaciones independentistas, ha defendido que los agentes tienen que estar sometidos a controles internos, del Parlament, del poder judicial y de la opinión pública.
Y ha añadido que la ciudadanía también tiene derecho a evaluar manifestaciones, ya que "una movilización democrática tiene que implicar" ir con la cara destapada o respetar los cordones policiales que separen grupos antagónicos.
Considera "un error" que determinados sectores de la izquierda piensen que la seguridad es una cosa ajena, porque la derecha utiliza el sentimiento de inseguridad.
Y ha dicho que parece que el actual Govern está en una etapa intermedia y que no sabe dónde va, por lo que ha pedido al presidente de la Generalitat, Quim Torra, y al conseller de Interior, Miquel Buch, asumir que "son Govern y tienen que gobernar" en áreas como los Mossos.
Del 17-A al 1-O
Bosch ha remarcado que los Mossos actuaron de acuerdo con sus competencias ante los atentados del 17-A de 2017 en Barcelona y Cambrils (Tarragona), "porque desde 1994 han ido sustituyendo a la Guardia Civil y la Policía Nacional" en Catalunya y están desplegados en el territorio, junto a las policías locales.
Y ha apuntado que esa actuación de 2017 es un elemento que "ayuda a entender" lo que pasó con el exjefe de los Mossos, el major Josep Lluís Trapero, y el propio cuerpo policial tras el 1-O.
Ha argumentado que los sectores centralistas "ven una oportunidad de venganza" el 1-O después que en la gestión de los atentados quedara claro, según Bosch, que Guardia Civil y Policía Nacional no actúan en Catalunya.
Bosch ha defendido que el 1-O el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos (director técnico del dispositivo policial para frenar el referéndum) actuó con una visión "militarista".
En cambio, cree que Trapero actuó desde la constatación de que para impedir que más de dos millones de personas votaran era "inevitable afectar a la convivencia", cosa que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) dijo que no tenía que pasar, ha señalado.
Por eso ve "absolutamente inverosímil" que el exjefe de los Mossos esté acusado de rebelión, porque, según él, cumplió el mandato judicial, aplicó la legislación y el código ético que establece el principio de proporcionalidad.
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