La prueba del talón en bebés detecta 2.000 casos de enfermedades en Catalunya
En 50 años se ha realizado en un total de 2.788.179 recién nacidos.
La prueba de cribado neonatal que consiste en un pinchazo en el talón ha detectado precozmente 1.955 casos de enfermedades poco frecuentes, que pueden comprometer muy seriamente la calidad de vida de los bebés, desde que se implementó en Catalunya hace 50 años, y se ha realizado en un total de 2.788.179 recién nacidos.
En un comunicado este martes, la Conselleria de Salud de la Generalitat ha explicado que se trata de enfermedades endocrino-metabólicas tratadas en unidades especializadas para mejorar notablemente la calidad de vida de estas personas a lo largo de su vida, y que pueden estar presentes desde el nacimiento y no dar síntomas.
El programa de detección precoz neonatal se ha ampliado a lo largo de los años y actualmente incluye 24 enfermedades minoritarias e integradas en más de 7.000 condiciones clínicas que tienen una baja incidencia en la población.
El cribado arrancó en sus primeros años permitiendo detectar la fenilcetonúria -una enfermedad genética hereditaria-, y se amplió en los años 80 con el hipotiroidismo congénito -que al tratarse precozmente evita discapacidades- y en 2000, con la fibrosis quística -que provoca alteraciones digestivas y respiratorias-.
En 2013 se incluyó la detección de un grupo de 19 enfermedades metabólicos y en 2015, la enfermedad de células falciformes, hasta que en 2017 el sistema sanitario catalán se convirtió en el primero de Europa en detectar la inmunodeficiencia combinada grave -la de los 'niños burbuja'-, una patología genética inmunitaria que afecta entre 1 y 4 bebés en Catalunya cada año.
En los últimos diez años, la mayoría de enfermedades detectadas han sido el hipotiroidismo congénito (369 casos) y la fenilcetonúria (126), dos patologías que concentran el 70% de todos los casos detectados desde 1969.
La prueba, que se realiza 48 horas tras el nacimiento, consiste un pinchazo superficial en un talón para extraer unas gotas de sangre y dejar que impregnen un papel absorbente homologado por ambas caras.
El papel se envía a un laboratorio especializado para el análisis de sangre, y se recoge también datos de la familia y el bebé en una ficha que, posteriormente, se utilizarán para enviar los resultados obtenidos.
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