La venta del Grupo Zeta consuma el cierre definitivo de las rotativas
En noviembre de 2018, los trabajadores ya expresaron su pesimismo respecto al futuro de la planta. La adquisición por parte de Prensa Ibérica ha activado un proceso de despidos colectivos que llevará al cierre de la planta de Parets del Vallès.
Los peores pronósticos se han cumplido. Con el cambio de propietario del Grupo Zeta, se ha acelerado el cierre de las rotativas del holding mediático ubicadas en Parets del Vallès. Este martes 9 de abril, los trabajadores recibieron una notificación escrita en que se comunicaba el inicio de un proceso de despidos colectivos que llevará inexorablemente al cierre de la empresa editora de 'El Periódico' y 'Sport'.
En noviembre de 2018, los trabajadores ya expresaron su pesimismo respecto al futuro de la planta. Ante la falta de inversiones de una dirección que llevaba tiempo sin ejercer su liderazgo, el destino de los 54 empleados que trabajan en las rotativas pendía de un hilo.
Pero ha sido el cierre de la compraventa por parte de Prensa Ibérica lo que ha precipitado el ERE en Gráficas de Prensa Diaria S.A.U., la empresa editora de Zeta. Fuentes sindicales consultadas han manifestado que Javier Moll, presidente de Prensa Ibérica, prefiere "tenerlo todo limpio" antes de tomar completamente sus funciones como editor de las cabeceras del Grupo Zeta.
Por el momento, los empleados no han recibido ningún 'input' que les garantice que serán reubicados en su puesto y categoría en la imprenta que Prensa Ibérica tiene en Sant Fruitós de Bages.
UN CALENDARIO DE NEGOCIACIONES CON JUICIO INCLUIDO
Será el próximo martes 16 de abril cuando se activará un plazo de 30 días para empezar la primera fase de las negociaciones laborales. Hasta entonces, los trabajadores cuentan con una semana para iniciar el periodo de consultas.
Se da la circunstancia de que el día 28 de mayo está programada una vista en la Sala de lo Social del Juzgado número 3 de Granollers para tratar las demandas individuales que la plantilla ha interpuesto por el intento de la dirección de boicotear un paro en 2013.
Los hechos se remontan a la primera vez que se intentó cerrar la planta gráfica de Parets del Vallès. Como la movilización frente al cierre recibió un elevado respaldo, Zeta encargó la impresión de sus diarios a empresas ajenas, lo que fue visto por la plantilla como un ataque de su derecho a la huelga.
En noviembre de 2018, el Tribunal Supremo dio la razón a la demanda colectiva de los empleados frente a la dirección y abrió la puerta a la presentación de estas demandas individuales que actualmente se están sustanciando.
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