Los miles de euros de gasto de montar una manifestación sin sus protagonistas
Un gran escenario, permisos, seguridad y una gran pantalla de Leds, la ANC tenía todo estaba listo (y pagado) en Estrasburgo para recibir a Puigdemont y Comín, que nunca pisaron Francia.
Este martes 2 de julio, la Assamblea Nacional Catalana ha vuelto a montar uno de esos actos llenos de banderas independentistas para tratar de mostrar músculo. Fue en Estrasburgo, ante el Parlamento Europeo. La razón era hacer presión para que los políticos fugados, Carles Puigmenont y Toni Comín, pudieran entrar en la sala y ocupar sus escaños o, al menos, que pudieran hablar encima del escenario que montaron si no les dejaban entrar.
Nada de eso pasó. Es más, Puigdemont y Comín ni siquiera cruzaron la frontera francesa por miedo a ser detenidos al pisar suelo francés. Eso sí, enviaron sus vídeos a través de Twitter.
Mientras tanto, las miles de personas que viajaron a Estrasburgo movilizados por la ANC se gastaron una buena cantidad de dinero para apoyar a sus líderes del movimiento independentista y verlos, al menos. Y no se gastaron poco dinero. Entre 250 y 500 euros les ha costado el desplazamiento hasta Estrasburgo, en función de si pasaban largas horas en un bus desde España o si preferían tomar vuelos chartes y quedarse dos noches. Según la Assamblea, hasta 10.000 personas decidieron hacer este "sacrificio" económico por la causa.
Gracias a estos precios, la organización que ahora dirige Elisenda Paluzie, ha podido costearse los 100.000 euros que ha podido costar, según varios expertos, montar un escenario, pagar los permisos necesarios, la seguridad y los medios audiovisuales. Y es que la ANC no se ha estado de nada. Hasta una pantalla de Leds para que los asistentes pudieran ver a unos líderes que no se personaron en Estrasburgo en ningún momento.
Por allí pasaron los abogados defensores de los políticos fugados de la justicia española, miembros del partido de Carles Puigdemont y de Toni Comín, diputados del Parlament e incluso el conseller de Exteriors, Alfred Bosch. Ellos hicieron sus discursos y el público los escuchó, devotos. Pero finalmente, y pese a los gastos realizados por organizadores y los asistentes, los fugados, que en su día prometieron que iban a sentarse en el Parlamento Europeo, no lo hicieron y ni se acercaron.
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