Estalla la división en la cúpula de Societat Civil Catalana por la estrategia postsentencia
Con la sentencia del 'procés' próxima, los miembros de la junta de SCC discuten en público sobre la estrategia que debería seguir la entidad constitucionalista.
Si el independentismo se presenta hoy más desunido que nunca, los últimos estertores del 'procés' también están provocando división entre las filas del constitucionalismo. En los últimos días, esta fractura se ha escenificado con el intercambio de opiniones acerca de la estrategia que debería seguir en un futuro Societat Civil Catalana y, por extensión, las fuerzas que no apoyan la secesión de Catalunya.
El toque de clarín lo dio el propio presidente de la entidad constitucionalista, Fernando Sánchez Costa, cuando propuso en una entrevista el pasado fin de semana una política de mano tendida hacia los náufragos del 'procés'.
En palabras de Costa, "no puedes decir 'no' a dos millones de personas" y, por tanto, hay que buscar una salida para el independentismo, una pista de aterrizaje de retorno a la legalidad que, según argumentaba Costa, podría ser una vuelta viable a la normalidad política para ERC.
MANO DURA FRENTE A MANO BLANDA
Ha sido uno de los vicepresidentes de la asociación quien ha rebatido de forma pública en otra entrevista a su presidente. Xavier Marín, secretario de organización de SCC, ha afirmado que "si la mayoría constitucionalista tiene claro que España no puede ser troceada hay que prohibir a los partidos que llamen a la ruptura".
En una entrevista de 'Vozpópuli', ha sostenido que el artículo 2 de la Constitución establece la indisoluble unidad del Estado, por lo que cree esto debe reflejarse en las elecciones.
"Aquí hay algo que no cuadra: o quitamos el artículo dos de la Constitución, que no se va a mover, o un partido independentista no puede llamar a la independencia porque no es posible", ha argumentado.
¿SALVAR AL INDEPENDENTISMO DE SÍ MISMO?
Estas palabras, que contratan con el pactismo demostrado por Costa, demuestran que no hay una línea clara a seguir por parte del constitucionalismo en el escenario actual. Por el momento, Marín ha asegurado que la postura de Costa no está consensuada dentro de la entidad para salvar las contradicciones.
El vicepresidente ha considerado que son propias de una persona de consenso como es Costa, aunque ha dejado claro que no es una posición transversal: "Esto no puede ser una postura de SCC, como no es la mía. Lo que está pasando en Catalunya es fruto de tolerar una cosa y la contraria".
El debate de fondo es si el constitucionalismo debe ayudar al independentismo a salvarse de sí mismo o, por el contrario, debe mantener una actitud de firmeza frente al separatismo. La recolocación de los actores políticos tras la sentencia del 'procés' tiene en vilo a una entidad que agrupa a miembros de Podemos, PSC, PP, Ciudadanos y Vox, partidos con puntos de vista muy divergentes más allá de estar en contra de la secesión de Catalunya.
Por ejemplo, el diputado de Ciudadanos en el Parlament Nacho Martín Blanco ha criticado la nueva estrategia de Societat Civil Catalana (SCC) expresada por su presidente y ha defendido que "desde una entidad constitucionalista se espera una oposición frontal a las tesis nacionalistas y separatistas".
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