El Puerto Olímpico se convierte en un punto negro dentro de la crisis de seguridad en Barcelona
Los Mossos d'Esquadra han reforzado la seguridad en la zona e incluso hay equipos de antidisturbios que se encargan de controlar accesos, realizar registros e identificar a las personas.
El Puerto Olímpico se ha convertido en uno de los puntos calientes en el marco de la crisis de seguridad que vive la ciudad de Barcelona.
El mes de julio fue especialmente negro con cinco asesinatos, intentos de violación y carteristas.
Durante el mes de agosto, las discusiones, apuñalamientos y muertes se han sucedido, hasta el punto que el teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento ya ha hablado de "crisis de seguridad".
En los más de veinte locales que hay en el Puerto Olímpico las discusiones se consideran ya algo prácticamente cotidiano, tal y como reconocen fuentes policiales y comerciantes, que consideran que la situación cada vez se hace más difícil de controlar.
Los Mossos d'Esquadra han reforzado la seguridad en la zona e incluso hay equipos de antidisturbios que se encargan de controlar accesos, realizar registros e identificar a las personas.
Asimismo, está prevista la instalación de cámaras y sistemas de iluminación con el fin de evitar, por ejemplo, agresiones sexuales.
Para explicar la degradación en la zona, expertos lo relacionan con el auge de tráfico de droga en el barrio de la Mina, que está relativamente cerca del Puerto Olímpico.
Hace año y medio, la alcaldesa Ada Colau anunció una renovación del Puerto Olímpico el año 2020. Entre las medidas a estudiar, figura que no haya discotecas y apostar más por las actividades náuticas.
Los empresarios de ocio nocturno quieren presentar también otras posibilidades. Mientras, los cuerpos policiales han aumentado en colaboración, lo mismo que ha ocurrido con otros episodios de la ciudad como las operaciones contra los narcopisos.
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