El independentismo afronta la Diada más dividido que nunca y sin una hoja de ruta compartida
La falta de una estrategia consensuada que aúne a todas las familias 'indepes' y la ausencia de una respuesta unitaria ante la sentencia del Tribunal Supremo hacen mella en el movimiento.
Pese a que la consigna oficial de partidos, entidades y Govern consista en una llamada general a la movilización, esta Diada se prevé como la menos entusiasta de todas las que se han celebrado desde que empezó el 'procés'.
La falta de una estrategia consensuada que aúne a todas las familias 'indepes' y la ausencia de una respuesta unitaria ante la sentencia del Tribunal Supremo --que se hará pública antes del próximo 16 de octubre-- hacen mella en un movimiento que siempre ha hecho gala de una gran unidad de acción política.
Mientras ERC juega a tantear el posibilismo que hizo de la antigua Convergència la pieza central del escenario político catalán, JxCat, el PDeCat y la Crida se pelean por recoger los vestigios del antiguo espacio convergente.
Puigdemont y Junqueras libran una guerra en sordina por hacerse con el liderazgo del movimiento independentista, mientras que Torra oficia de vicario y Artur Mas obra sus movimientos en la sombra. Todo ello impide que las fuerzas hegemónicas del independentismo hayan siquiera limado asperezas antes de la cita anual más importante del separatismo.
Los días previos al 11-S han vuelto a estar marcado por el debate en torno a si adelantar o no elecciones con la publicación de la sentencia del 'procés'.
EL ENTUSIASMO 'INDEPE', EN HORAS BAJAS
Todo esto se ha reflejado en el pulso ciudadano. Los propios organizadores de la celebración reconocieron ya hace semanas que este año las inscripciones habían caído en picado respecto a ediciones anteriores.
Quizá por eso mismo los actos planeados en esta edición sean más modestos que la V o la cadena humana que se planearon en las etapas anteriores de la ANC. Por la tarde, la manifestación independentista convocada por la Assemblea no tendrá la tradicional 'performance' que se ha realizado en otras ocasiones ni ocupará una sola gran vía: se ha convocado a los asistentes a las 16.00 horas en la plaza Espanya y en las calles adyacentes.
La entidad presidida por Elisenda Paluzie ha explicado que hasta el domingo tenían contabilizados 300.000 inscritos, con 1.000 autocares llenos que acudirán a Barcelona desde diferentes puntos de Catalunya y que han vendido 240.000 camisetas. Frente a este dato, hay que recordar que en la víspera de la festividad de 2018, los organizadores contabilizaron 460.000 inscritos, 1.500 autocares completos, y 270.000 camisetas diseñadas para la movilización.
Todo ello hace pensar que los propios organizadores han sido precavidos ante la posibilidad de que esta Diada pinche. De ser así, habrían elegido un escenario con menos aspiraciones para reducir el daño que provocaría una imagen de calles y avenidas semivacías de manifestantes.
CAMBIO DE PLANES POR LA LLUVIA
Por otro lado, la lluvia ha trastocado los planes de la Generalitat y el Parlament, cuyo acto oficial tenía que celebrarse este martes a las 22.00 horas, pero que las condiciones climatológicas lo han impedido.
Por ese motivo, el acto, bajo el lema 'Tornarem' se celebrará a la misma hora y en el mismo sitio el miércoles; estará presidido por Torra y el presidente del Parlament, Roger Torrent, y contará con la presencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
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