Lamentablemente, un evento de gran interés a nivel global como es 'El Clásico' ha sido noticia en los últimos días, no por su carácter deportivo, sino por las protestas, el chantaje y las amenazas de los radicales.
El separatismo que se alimenta del procés, y cuya razón de ser es cuanto peor mejor, lo contamina todo y, para ello, cuenta con un instigador necesario como es el Govern de la Generalitat quien avala los ataques de una organización, como es Tsunami Democràtic, investigada por presunta organización criminal con fines terroristas.
Ese proceso contaminante y empobrecedor de la convivencia, ya provocó que el pasado 26 de octubre se aplazara el partido por las amenazas y el temor a una escalada de violencia como la que habíamos sufrido durante días a manos de los comandos separatistas.
Es inaceptable el chantaje constante y la degradación moral del separatismo que a través de sus acciones (tanto desde las instituciones como desde las calles) intentan alterar el día a día de miles de ciudadanos que ven como sus prioridades son desatendidas y engullidas por la propaganda y el pulso a la democracia.
Esta noche el partido solo debería ser para disfrute de los aficionados y amantes del deporte, pero los totalitarios pretenden imponer su pensamiento, utilizando como altavoz mediático un evento deportivo cuya audiencia potencial es de 650 millones de espectadores en todo el mundo.
Los que sufrimos este Tsunami de violencia sabemos que son capaces de cualquier cosa para esparcir su odio e internacionalizarlo. Ante ello, el Barça tiene la enorme responsabilidad de no aceptar la extorsión y la coacción. El club debe garantizar la seguridad en el Camp Nou para permitir que el deporte venza a la intolerancia y demostrar que realmente 'És més que un club'.
Estamos a pocas horas de un partido que puede ser clave en el devenir de la competición, con ambos equipos empatados a puntos y con una igualdad que aventura un gran encuentro. Sin embargo, la sombra de la suspensión planea de nuevo sobre el Camp Nou. Nosotros, confiamos plenamente en el trabajo de los cuerpos policiales que son la mejor garantía para que el partido acabe sin incidentes. Apelamos a los aficionados, tanto de un club como de otro, para que se pongan la bufanda del equipo que nos representa a todos: el del respeto, el civismo y el 'Fair Play'. En definitiva, que el fútbol esta noche le gane por goleada a la intolerancia.
Escribe tu comentario