CiU decidió abstenerse en la votación de la ley orgánica de abdicación. Una abstención decidida desde la coherencia y consciente del hecho de que los que nos reprochan nuestra posición son los mismos que desde hace tiempo nos excluyen de la posibilidad de participar en la necesaria segunda transición que tiene que vivir el Estado Español.
Basta con dos ejemplos: la LOAPA y la reforma del artículo 135 de la Constitución. Estos hechos demuestran la voluntad de las dos fuerzas mayoritarias españolas de expulsarnos de una historia compartida que nosotros defendimos desde el principio.
Es bueno recordar también las palabras de Miquel Roca cuando se produjo la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto en el que afirmaba que habría que reconsiderar un pacto constituyente y definir nuevas fases de convivencia. Es precisamente esto lo que queremos con la consulta, a la que se oponen encarnizadamente el PP y el PSOE. Dan portazo a esta aspiración de una gran mayoría de catalanes y catalanas, pero en cambio se rasgan las vestiduras cuando les decimos que no estamos de acuerdo como hacen las cosas y que, por tanto, nos abstenemos en la votación de la ley de abdicación.
Hay que tener también muy poca memoria para acusar a CiU de hacer política pequeña, tal como hizo el presidente español, Mariano Rajoy. Realmente, hacer política minúscula se recurrió por intereses de partido del Estatuto refrendado por el pueblo de Cataluña, tal como hizo él. Política pequeña es decir, como han hecho importantes dirigentes del PP, que Endesa debe ser antes alemana que catalana o impedir la renovación del TC para asegurar una lectura restrictiva del Estatuto.
Por este motivo no pueden pretender dar lecciones a los que han provocado la profunda desafección actual de Cataluña en cuanto a las instituciones del Estado español. Estos motivos son suficientes para entender nuestra posición.
Además, añadimos que deseamos que el nuevo rey sea sensible a las demandas de la sociedad catalana ya la necesidad de reforzar las instituciones. Desde el primer día debería dar el impulso necesario para la regeneración del sistema y para que los ciudadanos de Cataluña puedan expresar sus aspiraciones de futuro.
Eva Parera, miembro de la permanente de Unió y portavoz adjunta de CiU en el Senado
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