Se cuenta que, estando en Venecia, el joven Georg Friedrich Händel fue invitado a una fiesta de máscaras organizada en el palacio de un noble local. Estando allí disfrazado, y por lo tanto no reconocido por los otros invitados, se sentó al clavicordio y comenzó a tocar con destreza, dejando a todo el mundo atónito. De pronto, se acercó otro enmascarado hasta él, y, al escuchar la excelencia en la ejecución, exclamó: “este, o es el Diablo, o es el sajón”. Efectivamente, el magnífico teclista era Händel, al que en Italia conocían como «Il caro Sassone», o “el querido sajón”, y su delator no era otro que su amigo, rival y también músico genial, Domenico Scarlatti. Y, a pesar de contar con apenas veinte años de edad, el alemán ya se había convertido en una figura destacada y conocida de la música europea. El disco Anachronistic Hearts, interpretado por la voz de Héloïse Mas, da fe suficiente del esplendor de las creaciones de Händel a través de distintas arias y recitativos extraídos de sus óperas, oratorios y cantatas.
La cantante francesa Héloïse Mas es acompañada en esta grabación por la London Handel Orchestra, dirigida por Laurence Cummings, que ha sido director musical de esta formación, así como del London Handel Festival, y es miembro fundador de los London Handel Players, y curador del Handel House Museum.
A la hora de entrar a describir el estilo artístico de la obra de Georg Friedrich Händel, lo primero que llama la atención es su versatilidad. Como indica su biógrafo Romain Rolland, “resulta difícil hablar de la ópera o el oratorio de Händel. Es necesario decir: de las óperas o de los oratorios, porque no encontramos que señalen de vuelta a ningún tipo concreto”. La vitalidad del compositor le llevó a imprimir en su arte las distintas direcciones que seguía la música de su momento. Hablando en concreto de la ópera, Rolland apunta que todas las tendencias europeas de ese tiempo están presentes en sus creaciones. Desde el modelo de Reinhard Keiser en su obra temprana, hasta el modo veneciano que introduce en su Agrippina; de las formas de Domenico Scarlatti y Agostino Steffani en sus primeras óperas, a la influencia inglesa de sus composiciones londinenses, especialmente en los ritmos.
Las piezas de óperas seleccionadas en Anachronistic Hearts cubren a grandes rasgos las distintas etapas de la vida creativa del compositor alemán, desde Agrippina, estrenada en Venecia en 1710, hasta Alcina, cuya primera representación tiene lugar en Londres en 1735. La primera de ellas, Agrippina, es fruto de su estancia en Nápoles, donde cayó en gracia del cardenal Grimani, el virrey de Nápoles, que es el autor del libreto al que puso la música el alemán, y cuya familia era la propietaria del veneciano Teatro de San Giovanni Grisostomo, donde fue estrenada la obra cosechando un inmenso éxito.
El disco incluye un aria de otra ópera de juventud, Teseo, una tragedia en cinco actos estrenada en el Queen´s Theatre de Londres en 1713, y otra de una versión que musicada que realizó de la novela de caballerías Amadís de Gaula, estrenada dos años después. Las dos últimas óperas que han cedido sus arias a la grabación son más tardías, de 1735 ambas, Ariodante y Alcina. De clara influencia francesa, se trata de dos óperas-ballet, en las que el baile y los coros están insertos en la acción dramática. Se trata de ejemplos que se separan de los cánones de la ópera italiana del siglo XVIII, que centraba el protagonismo musical en las voces en solitario y minimizaba la presencia de los coros.
Anachronistic Hearts contiene también una muestra de los oratorios de Händel, en los que, al igual que sucede con sus óperas, convergen una miríada de estilos. Construye verdaderos dramas musicales extraídos de escenas y personajes de la Biblia. En este caso ha sido seleccionada un aria de Il trionfo del Tempo e del Disinganno, en su versión estrenada en Roma en 1707. Igualmente está presente en la grabación una pieza del drama musical Hercules (1745) y de la serenata Il Parnasso in festa per gli sponsali di Teti e Peleo (1734).
Pero, sin lugar a dudas, el protagonismo del disco es acaparado por la cantata La Lucrezia, que ha sido incluida completa en la grabación. Se trata de una pieza escrita a comienzos del siglo XVIII, que el musicólogo Manfred Bukofzer tacha de “fiera” e “indomable”, reflejo de la “exuberancia desenfrenada” del joven Händel.
Se puede concluir que Anachronistic Hearts es una buena introducción a la grandeza del conjunto de la obra vocal de Georg Friedrich Händel.
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