El juicio de Rita Maestre nos vuelve a poner sobre la mesa una de las tantas cuestiones de la incapacidad de las burguesías españolas (la "castiza", la vasca, la catalana y la gallega, además de los terratenientes andaluces) para culminar la separación iglesia estado, como si hicieron otros países donde hubo revolución burguesa.
La separación religión-estado, que tanta tinta hace correr para justificar la guerra contra el terrorismo yihadista, es una tarea pendiente en el estado español, como lo demuestra ese juicio; como lo demuestra el Concordato, como lo demuestra la exención de pagos de impuestos de los bienes de la iglesia, como lo demuestra la ley Wert, gracias a la cual se puede enseñar al mismo nivel de rigor educativo que el mundo no tienen más de 5000 años (la Biblia) y el Big bang (la ciencia), como lo demuestra que no se haya juzgado a ningún eclesiástico (salvo una monja de segunda categoría) por su colaboración con la dictadura y la desaparición de 50 mil niños bajo el franquismo.
Que las Universidades paguen a la iglesia por tener capillas, ya es el colmo; que en los hospitales públicos haya capillas cristianas y curas, mientras recortan y privatizan, ya es criminal, pues juegan con la vida, hay curas que no curan, mientras falta personal sanitario.
Ante esto, y a partir de que el juicio de Rita Maestre nunca se debió producir, y solo cabe el sobreseimiento inmediato, no creo que la respuesta sea la de pedir perdón a la Iglesia; en todo caso habría que exigirle a ésta que pida perdón por todos sus crímenes, con la Inquisición al frente.
Además, me gustaría conocer la opinión de las decenas de mujeres que acompañaron a Rita en ese acción; si ellas están por pedir perdón por una acción de justa lucha por algo que, como dije, debería esta superado desde hace siglos: la separación absoluta de la iglesia/religión y el estado.
La religión, y la iglesia que la represente, sea la que sea, es un asunto absolutamente individual, o habrá que recordárles a nuestros "demócratas" que tanto alaban a los EE UU la 1ª enmienda de su constitución:
"El Congreso no podrá hacer ninguna ley con respecto al establecimiento de la religión, ni prohibiendo la libre práctica de la misma; ni limitando la libertad de expresión, ni de prensa; ni el derecho a la asamblea pacífica de las personas, ni de solicitar al gobierno una compensación de agravios."
El Estado Español lleva, en lo que hace a derechos políticos, 200 años de retraso, y así nos va.
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