El uso abusivo de Internet potencia conductas compulsivas y adictivas como la ludopatía
Los jóvenes son el sector más vulnerable. El abuso puede traer consecuencias psicológicas negativas como depresión o ansiedad social y en otras adicciones como el consumo de alcohol o drogas.
Cada vez es más fácil y más asequible acceder a la red. Las conexiones a Internet en el hogar son ya algo común y hay redes abiertas en muchos locales comerciales y de ocio. Además, los dispositivos móviles facilitan el acceso casi en cualquier lugar y momento.
Pero el abuso en el uso de Internet puede ocasionar comportamientos compulsivos como la adicción al juego 'on-line', que suponen una categoría diagnosticada como trastornos psiquiátricos.
Y es que "Internet facilita que el juego sea más accesible, asequible, anónimo y disponible las 24 horas del día", ha afirmado el catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, Enrique Echeburúa Odriozola, durante la presentación del libro 'Abuso de Internet: ¿Antesala para la adicción al juego de azar online?', del que es coordinador.
Los jóvenes son el sector más vulnerable y dentro de ellos los menores de edad, ya que "recurren al juego a través de la red y están más interesados en juegos de estrategias y habilidad como el póker o las apuestas deportivas; la idea de poder apostar basándose en sus propios conocimientos lo vuelve más atractivo", ha indicado el doctor Echeburúa.
SEXO, COMPRAS, JUEGO
Algunas de las adicciones comportamentales abordadas en la publicación, que pueden ser potenciadas por Internet, son la adicción al sexo, las compras 'on-line', los videojuegos y el juego patológico, añadiendo también el incremento del uso de redes sociales como Facebook o Instagram.
No existen motivos para hablar de un uso masivo y generalizado, pero "es evidente que muchas personas viven esclavizadas a las nuevas tecnologías aunque en algún punto puedan ser placenteras; las personas con adicción son una minoría, pero vienen acompañadas de otros trastornos que hay que abordar", ha destacado el coordinador científico de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y autor del prólogo, Francisco Ferre Navarrete.
El libro --editado por la Editorial Pirámide y en el que ha participado la Fundación Codere-- recoge la visión y el análisis de más de veinte especialistas con el objetivo de demostrar la relación entre el abuso de Internet y la adicción a juegos de azar, y que sirva como guía de prevención y minimización de los problemas asociados.
CONSECUENCIAS DE UN MAL USO DE INTERNET
La ludopatía en España "es un problema grave para quién lo padece y para su familia, pero no tiene gran impacto social; a través de una simple distracción lógica y entendible, los jóvenes pueden bordear antes de tiempo la entrada al juego 'on-line'", ha explicado el vicepresidente de la Fundación Codere y coautor del libro, José Ignacio Cases Méndez.
Se trata de un problema que conlleva "consecuencias psicológicas negativas porque la persona afectada se encierra en casa, se aísla de las relaciones sociales y laborales, deriva en depresión o ansiedad social y en otras adicciones como el consumo de alcohol o drogas", subraya el doctor Echeburúa.
Además, "dichas conductas también pueden ser previas a la adicción y que la persona utilice el juego para paliar la falta de autoestima, de relación social o el fracaso escolar, entre otros problemas", añade.
FACTORES DE RIESGO
Por su parte, el catedrático de Modificación de Conducta de la Universidad Complutense de Madrid y coautor, Francisco Javier Labrador Encinas, ha hecho hincapié en los factores de riesgo asociados a la dependencia de Internet alegando que "hay que conocer los factores que propician este abuso para abordar medidas preventivas".
En muchas ocasiones, "los factores tienen que ver con el pensamiento de la persona porque jugamos pensando que vamos a ganar pero pensamos mal; está demostrada la correlación entre sesgos cognitivos y la presencia de adicción como es el caso de la ilusión del control donde la persona tiene seguro que va a ganar", ha detallado.
El libro aborda los principales factores de riesgo entre los que podemos encontrar el abuso de drogas; la impulsividad; el factor ambiental, porque el disparador de la conducta esta disponible y hace que el acceso a su realización sea más fácil; el modelo cultural, o el factor sociodemográfico, ya que afecta más a hombres que mujeres.
Sin embargo, también existen factores asociados con la personalidad y genética de la persona siendo algunos demasiado frecuentes como la timidez, el estrés, eventos vitales como un accidente, la muerte de un familiar o malos tratos, así como presentar conductas hostiles y/o agresivas.
En este sentido, la socialización, el ambiente escolar o laboral y el sentirse iguales entre el grupo de amigos son riesgos que conllevan a encerrarse en el consumo de Internet.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Para prevenir adecuadamente su uso descontrolado y el juego 'on-line' entre las personas más vulnerables, un aspecto básico que han abordado los ponentes es la regulación de la publicidad del juego a través de la red, debiéndose controlar el rastreo de navegación y el trazado de perfiles en esta materia.
"La sanidad pública debería ser quién atendiera estas cuestiones", ha indicado el profesor Cases Méndez, en relación con la idea de que tanto los gobiernos como la industria privada del juego deben implicarse en políticas activas de juego responsable para lograr un equilibrio entre el crecimiento de las tecnologías y la protección.
Desde esta perspectiva, el profesor Labrador Encinas ha destacado que es necesario "desarrollar sistemas que permitan a la persona saber si su comportamiento respecto al uso de Internet es el adecuado". En este sentido, "se han desarrollado páginas webs gratuitas de ayuda" para detectar el consumo como 'famgi14.es/juego', un proyecto de investigación financiado por la ONCE.
A la hora de abordar una adicción a Internet, y en concreto al juego, lo primero es "que el sujeto reconozca el problema y solicite ayuda seguido de un cambio en las concepciones, modificar el entorno y una reducción de las tendencias compulsivas", ha concluido el profesor Labrador Encinas.
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