Miquel Iceta gana las primarias del PSC con un margen de más de 700 votos
El actual primer secretario de los socialistas catalanes revalida su mandato | Promete una dirección "coral" y un PSC unido que vuelva a liderar la izquierda.
Miquel Iceta ha logrado ganar las primarias del PSC y continuará como primer secretario de los socialistas catalanes. Revalida así su cargo con el 54% de los votos (4.549), frente a su rival, Núria Parlon, que se ha quedado con 3.859 apoyos.
El resultado ajustado al que apuntaban todos los pronósticos se ha acabado confirmando este sábado, en el que estaban llamados a votar 17.935 militantes. La participación ha sido más baja de la esperada.
Según ha anunciado en rueda de prensa el presidente de la Mesa del Consell Nacional y Autoridad Electoral del partido, Celestino Corbacho, Iceta ha logrado un total de 4.889 votos y Parlon 4.141, registrándose un total de 9.031 votos a las candidaturas.
En total, se han emitido 9.115 votos, un 50,82% del censo total, y de ellos 11 (0,12%) han sido nulos y 73 (0,80%), blancos.
Además de la derrota de Núria Parlon, el otro gran derrotado de la jornada ha sido Antoni Poveda, el alcalde de Sant Joan Despí y primer secretario del PSC en el Baix Llobregat, que sorprendió a muchos al alinearse con la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet. Y es que Parlon contaba con apoyo del bastión socialista del Baix -la tercera comarca más poblada de Catalunya-.
PROMETE UNA DIRECCIÓN "CORAL" Y UN PSC UNIDO
Iceta ha prometido que configurará una dirección "coral" que tenga en cuenta a la candidatura rival, liderada por Núria Parlon, con el objetivo de fraguar un PSC unido que vuelva a liderar la izquierda.
También ha asegurado que quiere que el partido se caracterice por la "unidad, firmeza, complementariedad, alegría, lucha, combate, volver a la calle, ganar las instituciones y por ser una alternativa política en Catalunya y contribuir a serlo en España".
Iceta ha asegurado que la única división en el PSC se ha dado en el momento de elegir entre él y Parlon en la votación de este sábado: "Ni un minuto antes ni un minuto después habrá en nuestro partido una herida, ni habrá 'icetistas' ni 'parlonistas'; lo que habrá son socialistas".
Se ha comprometido a liderar una política basada en "escuchar a todos, votar y tomar decisiones", una política que ya no decida un pequeño grupo de personas en despachos, y que el partido se exponga al debate público sin complejos ni miedos y orgulloso de su historia.
El primer secretario del PSC ha admitido que el partido debe afrontar ahora muchas dificultades, pero lo hará desde la "unidad, cohesión, imagen más coral, dirección colegiada y empuje más fuerte", nutriéndose de la fuerza de las agrupaciones territoriales.
"Desde el mismo lunes nos pondremos manos a la obra, primero para preparar el congreso" del partido que se celebrará del 4 al 6 de noviembre, del que deben salir mensajes muy claros para la sociedad catalana: entre otras cosas, Iceta ha propuesto que se debata la 'vía canadiense' --un referéndum legal y acordado-- como 'plan B' en caso de que en Catalunya se rechace mayoritariamente la reforma federal que defienden los socialistas.
Iceta ha asegurado que el partido está "vivo, en pie, fuerte, unido y con muchas ganas de vencer las batallas" actuales y venideras.
CAMBIO SUAVE
El cambio "suave" del partido que defendía Iceta se ha impuesto a la renovación profunda que prometía Parlon, y la militancia ha premiado su solvencia y su tarea para estabilizar el PSC en un momento de caída libre electoral.
Iceta ha reconocido este mismo sábado tras votar en su agrupación de Sant Martí (Barcelona) que la crisis interna del PSOE y la posible abstención para facilitar la investidura de Mariano Rajoy (PP) será "el reto más inmediato" que deberá afrontar.
El líder catalán tiene claro que los diputados del PSC en el Congreso votaran 'no' a Rajoy aunque ello suponga romper la disciplina de voto del PSOE: a su juicio, es lo más coherente porque es lo que decidió unánimemente el Comité Federal y porque los socialistas catalanes no pueden apuntalar un Gobierno del PP que ha contribuido a "dinamitar" las relaciones entre la Generalitat y el Estado.
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