Montse Venturós, alcaldesa de Berga
En una época en la que la crisis se ha cargado a la clase media , los pobres son cada día más pobres ,los ricos más ricos, los políticos han dejado de cumplir sus programas electorales por los que han sido votados , los ciudadanos de a pie que siempre han confiado en que sus gobernantes asumirían sus responsabilidades y no ha sido así, éstos se han visto obligados a dar un paso adelante, salir a la calle, exigir sus derechos y no conformarse. Son miles de personas las que se han levantado contra el sistema gubernamental, político, social y económico. Se han vuelto antisistema, desengañados de ellos. Pero no todos están cortados por el mismo patrón ya que los hay que rompen todo lo que se les ponga por delante, el que no paga sus impuestos, el okupa, el luchador y el que se resigna y se va a plantar lechugas al pueblo.
En cuanto al movimiento antisistema propiamente dicho tampoco hay homogeneidad ni aspiran a lo mismo: los hay anarquistas, comunistas, fascistas, ecologistas, anticapitalistas, independentistas y un muy largo etcétera. La uniformidad no es precisamente la premisa de los antisistema. Meter a todos en el mismo saco es incongruente, o quizás no. El ejemplo lo tenemos en la CUP, donde están conviviendo grupos de todas las ideologías , se rigen por el modelo “asambleario” a la hora de tomar sus decisiones. ¿Todas? En algunas votaciones importantes los resultados olían a un “tufillo” precisamente nada transparente.
En Catalunya, el movimiento antisistema representado por la CUP está en la cresta de la ola por ser la clave del gobierno de Junts pel Sí para aprobar los presupuestos y algunas otras cosas que el gobierno de Puigdemont necesita. El precio que puede pagar la CUP en los próximos comicios puede ser alto por sus continuas contradicciones ideológicas.
Quizás por ello, necesitan estar constantemente en los medios de comunicación con aportaciones que, para algunos pueden ser peregrinas, pero para ellos no. Forman parte de su "ideología". ¿Cuál de ellas?, depende del momento.
La penúltima hasta el momento, las declaraciones incendiarías e irresponsables de la alcaldesa de Berga, Montse Venturós, nieta de un madrileño y una almeriense por parte de madre, en las que aparte de poner a parir al conseller Jané y a los Mossos d’Esquadra por su "detención" -y eso que con ella tuvieron un trato especial-, advierte que en el conflicto entre Catalunya y España habrán "hostias que parirán terror" y pide "que la gente se prepare".
Algunos pueden achacar a la juventud de la alcaldesa sus declaraciones pero son de una irresponsabilidad y una gravedad extrema. ¿Está capacitada para gobernar?, creo sinceramente que no y, es más, es un peligro público para todos los ciudadanos, la hayan votado o no. Decía Abram Lincoln que "ningún hombre es demasiado bueno para gobernar a otro sin su consentimiento" y ella habla en nombre de todos.
Lo que quiere la ciudadanía es que se arreglen los problemas, que se gobierne con sentido común y vivir en paz. Incitar a la violencia no es propio de un gobernante. La alcaldesa de Berga no debe olvidar que cualquier acto tiene consecuencias y que hay que asumirlas individualmente y no trasladar el problema a los ciudadanos, los Mossos o a España. Se suele decir que "desde que se inventaron las excusas, nadie quiere ser culpable".
Escribe tu comentario