El seguimiento masivo de la huelga deja Barcelona vacía de taxis

 

Los taxistas de toda España están convocados a una huelga de 24 horas -desde las 6h de este martes hasta las 6h del miércoles- y las consecuencias han sido notables tanto en Barcelona como en Madrid ya que los aeropuertos y las estaciones de tren se han quedado vacías, hecho que ha cogido a algunos turistas por sorpresa.

Los taxistas se han manifestado por las calles de Madrid bajo el lema 'Frente al desmantelamiento del sector público del taxi' y contra el intrusismo profesional de las plataformas de arrendamiento de Vehículos con Conductor como Uber y Cabify. 

El sector pide respetar la legislación actual, por la que debería haber una licencia de vehículo de alquiler con conductor (VTC) por cada 30 taxis, y reclama eliminar ventajas fiscales a estos VTC y que se prohíba la especulación con la compraventa de estas licencias, entre otras exigencias.

El Ministerio de Fomento ha asegurado este lunes que mantendrá el actual régimen jurídico de la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor, con el objetivo de lograr una "convivencia ordenada" con el sector del taxi.

COLAS EN EL AEROBÚS Y EN EL METRO DESDE EL PRAT

Barcelona se ha quedado sin taxis desde las 6 de esta mañana por la huelga de 24 horas convocada por las organizaciones más representativas del sector. En el aeropuerto barcelonés de El Prat, los últimos taxis han abandonado sus paradas a las seis de la mañana y desde entonces únicamente prestan servicios dos vehículos para personas con necesidades especiales o problemas de movilidad, bajo la supervisión de un piquete de huelguistas.

Miembros de este piquete han explicado que hay cerca de un centenar de vehículos en el área metropolitana dando estos servicios especiales porque su intención no es dejar sin transporte a personas que no pueden prescindir de ellos.

La huelga de taxis ha obligado a muchos de los pasajeros que aterrizan en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat a buscar un medio de transporte alternativo, y esto se ha traducido en largas colas para comprar billetes de metro y también para coger el aerobús.