Ropa de segunda mano y comida del Banc dels Aliments para los chicos de centros de menores
La UGT denuncia que varios centros de gestión actúan como "empresas mercantiles" mientras la Dgaia parece hacer oídos sordos. | Algunos centros solo realizan actividades extraescolares gratuitas y escapadas o vacaciones no "que impliquen coste económico".
La Secretaría de Acción Social de la Federación de Empleados de los Servicios Públicos (Fesp) de la UGT de Catalunya ha criticado el comportamiento de varios centros de menores de gestión privada que priman el negocio por delante de los niños.
En declaraciones a Catalunyapress el secretario de Acción Social de la Fesp de UGT, Carlos Antonio Gutiérrez, ha denunciado que algunos de estos centros dan prioridad a su actividad mercantil hasta tal punto que llegan a recortar hasta en los servicios de cocina para recortar personal.
Pero lo peor no es eso, aseguran, porque además las unicas actividades solo extraescolares que proponen a los chicos son las que resultan gratuitas y no suelen realizar actividades lúdicas de fin de semana o vacaciones "que impliquen coste económico".
El sindicato ha acusado a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia) de la Generalitat de permitir que los niños y adolescentes tutelados "sufran las consecuencias de malas gestiones de entidades puramente mercantilistas" que, en su opinión, tratan de ahorrar gastos en la gestión, afectando a la calidad de la atención.
Gutiérrez ha afirmado que hay centros en los que los menores comen y cenan diariamente de un servicio de catering "de baja calidad", que las entidades usan a pesar de tener cocina porque resulta menos costoso económicamente. "Así se ahorran coste de personal". asegura Gutiérrez.
También han afirmado que algunos centros dan a los niños ropa de segunda mano y de baja calidad, y usan comida de entidades benéficas, como el Banc dels Aliments y la Creu Roja, aunque fuentes del sindicato han añadido que ésta práctica estaba más generalizada anteriormente, y en el último año se ha ido reduciendo después de que el Consorci de Serveis Socials de Barcelona se comunicara a los centros que estaba prohibida.
El sindicalista asegura que los recortes de personal que aplican estas empresas para lucrarse van en contra de la normativa de las ratios acordadas para los centros. El número de educadores por cada niño está por debajo de lo estipulado de manera que hay menores con discapacidades que no reciben la atención individual y los medios materiales y mecánicos que necesitan.
Además, este tipo de centros tienen "amenazados" a sus trabajadores con despidos, e incluso "tienen prohibido formar comités de empresa ni nombrar a un delegado sindical" y si lo intentan son despedidos. Este hecho que parece afectar a los trabajadores también repercute a los niños.
"Los educadores somos los referentes de estos chicos y tienen que establecer un vínculo con ellos", subraya Gutiérrez, y si son rápidamente despedidos o los chicos ven que no se les presta atención por falta de personal su trabajo no sirve de nada.
Fuentes de la Conselleria de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias --de la que depende la Dgaia-- han explicado que la práctica de utilizar donaciones benéficas y ropa de segunda mano no está permitida ni autorizada, pero aún así Gutiérrez asegura que "llevamos años denunciando estas situaciones" y los máximos responsables no hacen nada, "no hay un control".
Por eso los educadores exigen "una vigilancia de los centros, de sus presupuestos, horarios y comidas". Gutiérrez asegura que "más del 80% de los centros de la Fesp son de gestión privada" y sólo son algunas que se comportan como "empresas disfrazadas de entidades sociales", pero ni la Conselleria, ni la Dgaia hacen nada.
"No exigimos mucho, sólo pedimos que levanten el teléfono y pregunten por cuáles son los horarios de estos centros, cuál es el menú del día y cómo lo preparan" y en caso de que se detectara que se ha producido una irregularidad, que se actúe desde Inspección y se pida a los centros que cesen esta práctica. Y no se van a detener hasta conseguirlo.
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