Policía y Guardia Civil acusan a los Mossos de tenderles una "encerrona pactada"
Tanto mandos policiales como sindicatos y asociaciones profesionales de guardias civiles han calificado de "vergonzosa" la actuación de los Mossos bajo la dirección del mayor, Josep Lluís Trapero.
Mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil al frente del dispositivo de seguridad del referéndum ilegal del 1 de octubre han mostrado su recelo ante las cifras difundidas por la Generalitat de Catalunya sobre el número de centros de votación precintados por los Mossos d'Esquadra, señalando a parte de sus mandos por su connivencia con las organizaciones independentistas. "Todo fue una encerrona pactada", han asegurado.
Tanto mandos policiales como sindicatos y asociaciones profesionales de guardias civiles han calificado de "vergonzosa" la actuación de los Mossos bajo la dirección del mayor, Josep Lluís Trapero. De hecho, recelan del dato difundido por uno de los siete académicos a los que la Generalitat otorgó la capacidad de actuar como 'junta electoral', el catedrático Ferran Requejo, quien en 2012 dijo que se había vuelto independentista tras "dejar de ser idiota".
Estos 'supervisores' fueron anunciados después de que la Sindicatura oficial se disolviera ante la advertencia individual del Tribunal Constitucional de ser multados con hasta 12.000 euros por día si no dejaban sus cargos y revocaban (como así hicieron) todas las decisiones adoptadas hasta ese momento.
Fue el catedrático de Ciencias Políticas Ferran Requejo el que, acabado el supuesto recuento de votos que otorgaba un amplio respaldo de 'síes' al referéndum de independencia, difundió el dato de que los Mossos habían precintado 160 colegios electorales sin causar heridos. Contrapuso este dato con el de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que habían cerrado 90 centros provocando más de 800 heridos a causa de las "contundentes cargas policiales".
Ferran Requejo compareció acompañado de los otros 'supervisores' y acusó a la Policía y la Guardia Civil de "violar derechos humanos" y causar "cuantiosos daños materiales" desde que las 9.00 horas se abrieran 2.162 colegios de los 2.315 previstos. "Entre las 8 y las 9", aseguró, "se han presentado en un número importante de centros para impedir el voto de manera claramente selectiva, donde tenía que votar el presidente, el vicepresidente y la presidenta del Parlament".
SUPERVISORES NOMBRADOS POR LA MAÑANA
Los mandos policiales consultados cuestionan e incluso ironizan con que "se sienta cátedra" a partir de lo que diga un catedrático nombrado la misma mañana del referéndum, cuando sobre la marcha la Generalitat anuncia un "censo universal" para votar en cualquier colegio, sin sobres y con papeletas que se pueden traer de cada casa ya impresas.
La evaluación que hacen los encargados del dispositivo coordinado, por mandato del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), por el coronel de la Guardia Civil y alto cargo del Ministerio del Interior Diego Pérez de los Cobos es que los Mossos pudieron cerrar colegios --"160 o puede que incluso más, quién sabe a estas alturas"-- debido a la "enorme confusión creada, a sabiendas, por la Generalitat".
Se refieren de esta forma a que hubo colegios que, en los cambios anunciados sobre la marcha, finalmente no abrieron sus puertas. "Otros muchos fueron infrautilizados porque la masa de votantes se concentró en aquellos colegios en los que, vía redes sociales, se avisó que serían cerrados por la Policía y la Guardia Civil", explican estas fuentes.
"Los Mossos tenían en muchos casos el trabajo hecho para dar la apariencia de eficacia", denuncian los mandos, ironizando sobre el hecho de que, encima, luego fueran "premiados" por los propios 'supervisores' que habían sido nombrados por sorpresa por la Generalitat.
El portavoz de esta junta electoral improvisada fue Ferran Requejo, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra y 'cum laude' en Filosofía, según su currículum. Diferentes medios de comunicación informaron en 2012 de que Ferran Requejo fue uno de los asesores externos que el líder de ERC, Oriol Junqueras, fichó para, según 'La Voz de Barcelona', "hacerse con el control absoluto del partido y acabar con las tradicionales luchas fratricidas".
También en 2012 Ferran Requejo mantuvo un enfrentamiento verbal con el líder del PSC, Miquel Iceta, durante una jornada organizada por el think tank de los socialistas, la Fundación Campalans. Allí se posicionó contra los que creían que aún era posible "el encaje entre Catalunya y España". "No, no es posible. Nos lo han dicho de todas las maneras", sentenció antes de espetar que ahora se ha vuelto independentista y ha dejado "de ser idiota".
El 29 julio de 2011 el diario 'Ara' informó de que Ferran Requejo "meditaba ser el cabeza de cartel de ERC en Madrid". Esta formación es una de las integrantes de Junts pel Sí, el partido que ha impulsado junto a las CUP todos los preparativos para celebrar el referéndum independentista a pesar de la suspensión del Tribunal Constitucional.
INTERIOR, A LA ESPERA DE LOS TRIBUNALES
El Ministerio del Interior oficialmente no se ha querido pronunciar aún sobre la actuación de los mandos de los Mossos durante la jornada del 1-O. El mayor de la policía catalana, José Luis Trapero, había dado la orden por escrito el viernes de precintar a las seis de la mañana del domingo los colegios y requisar las urnas y el material electoral, como le ordenó el TSJC.
El ministro Juan Ignacio Zoido ha asegurado que es el TSJC y el resto de tribunales el que tiene que evaluar la actuación de los diferentes cuerpos policiales. "Ha habido colegios en los que no ha habido ningún tipo de resistencia, han podido entrar y llevarse el material... Y en otros han colocado tractores, retroexcavadoras y cadenas humanas para impedir que se cumpliera esa obligación", ha asegurado Zoido esta mañana en una entrevista en Telecinco.
Lo único que sí confirmó Interior desde ayer al mediodía es que, pasadas las nueve de la mañana, con los colegios electorales abiertos, recibieron una petición de auxilio de los Mossos.
A esa hora, las nueve de la mañana, siguiendo las instrucciones difundidas en abierto por las redes sociales desde la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC) y otras organizaciones, cientos de personas estaban concentradas en los puntos de votación. En la orden del viernes de Trapero ya se aventuraba este escenario, calificado como "resistencia pacífica".
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