El veneno de la hormiga de fuego podría servir para tratar la psoriasis

Tras el tratamiento, los animales mostraron disminuciones en el grosor de la piel. 

Científicos de la Universidad de Emory (EE.UU.), han descubierto que los compuestos derivados del veneno de las hormigas de fuego podrían usarse para tratar la psoriasis, una enfermedad autoinmune incurable,  que causa picazón o parches dolorosos de piel engrosada y enrojecida. 

La investigación, publicada en Nature (en inglés), ha encontrado que la solenopsina -el alcaloide que constituye el principal componente tóxico en el veneno de  las hormigas de fuego, también conocido como el género Solenopsis- tiene un fuerte parecido químico a las moléculas lipídicas llamadas ceramidas, que ayudan a proteger la piel.

Las ceramidas mantienen la función de barrera de nuestra piel al ayudar a la epidermis a retener la humedad y repeler los microorganismos, por lo que se usan en una variedad de medicamentos tópicos para la piel, incluyendo los que se utilizan para tratar el eccema.

Pero hay un problema con las ceramidas, ya que en algunas circunstancias, la molécula puede degradarse y puede producir inflamación, y es aquí es donde se hace útil el veneno de las hormigas de fuego. Tras observar las similitudes moleculares entre las solenopsinas y las ceramidas, el equipo desarrolló dos análogos del ingrediente de veneno que parecían ceramidas, pero que no tenían la capacidad de convertirse en aquellas que pueden producir inflamación. 

En el ensayo con ratones, después de 28 días de tratamiento, los animales tratados mostraron disminuciones en el grosor de la piel, aproximadamente un 30%, en comparación con el grupo de control, y exhibieron alrededor del 50% menos de células inmunitarias que contribuyen a la acumulación de la condición de escamas y de la picazón en la piel.

Aunque no hay garantía de que este tipo de efectos restauradores se reproduzcan en ensayos con piel humana, pero los investigadores tienen la esperanza de que podrían serlo.