El Rey Emérito se va de España sin abrir la boca en público

Cinco días después de su llegada a Sanxenxo, el Rey Emérito Juan Carlos ha puesto fin a su primera estancia en España en este 2025. Una visita marcada tanto por la expectación mediática como por sus recientes acciones legales contra Miguel Ángel Revilla y Corinna Larsen por vulneración de su derecho al honor. Sin embargo, y pese al interés suscitado, el Rey Emérito ha optado por mantener un absoluto silencio, evitando cualquier declaración pública antes de su regreso a los Emiratos Árabes Unidos.

Más allá de los focos judiciales, Don Juan Carlos ha centrado su visita en la actividad náutica y en el reencuentro con su círculo más cercano. A bordo del Bribón, volvió a competir en las regatas celebradas este fin de semana en el Club Náutico de Sanxenxo, mostrando su vitalidad y su inquebrantable pasión por la vela, a pesar de sus conocidos problemas de movilidad.

El Emérito también aprovechó su estancia para disfrutar de momentos de ocio con sus amigos más íntimos. Hasta en dos ocasiones salió a cenar en compañía, entre ellos con Vicente Dalmau, propietario de las bodegas Marqués de Murrieta, con quien compartió una mariscada en el restaurante ‘D'Berto’, uno de sus favoritos en la localidad gallega.

La infanta Elena tampoco quiso perder la oportunidad de pasar tiempo junto a su padre. Fiel a su estrecha relación y a su pasión compartida por el mar, la Duquesa de Lugo se desplazó a Sanxenxo para acompañarlo durante el fin de semana, reforzando la imagen de unidad familiar en un momento sensible para el Emérito.

Con la incógnita de si regresará a España el próximo 16 de mayo para el acto de conciliación con Miguel Ángel Revilla (coincidiendo además con una nueva competición náutica), Don Juan Carlos abandonó Sanxenxo el pasado domingo 27. Desde la casa de su amigo Pedro Campos, partió en coche rumbo al aeropuerto de Vigo, desde donde voló de regreso a su residencia en Abu Dhabi.