El Antic Teatre apuesta por el riesgo y la programación emergente

Aurora es una ama de casa que pasó toda su vida encerrada entre las cuatro paredes de su domicilio cumpliendo con las tareas del hogar pero que, ya jubilada, descubrió nuevos horizontes cuando se integró en las actividades de danza que desarrolla el Antic Teatre. Se trata de un espacio cultural situado en el número 12 de la calle Verdaguer y Callís, a no más de 50 metros del Palau de la Música, en un inmueble modesto cuya puerta de acceso, que todavía luce el rótulo de “Circulo Barcelonés de San José”, da paso a una escalera por la que asciende hasta un piso elevado. Allí se esconde una terraza que rinde sobre insospechado jardín interior y da entrada a un conjunto de servicios que sirven de acomodo para desarrollar numerosas actividades con objetivo muy claros, como explicó su responsable Semolina Tomic.

Tomic recordó que se cumplen 22 años desde que el momento en que se recuperó este inmueble y que hace dos se pudo consolidar su continuidad merced al apoyo municipal que lo integrará en la red de centros culturales de la ciudad, a cuyos efectos se ha aprobado ya recientemente el proceso de expropiación. De este modo el Antic Teatre seguirá siendo un lugar para el ejercicio de la libertad de expresión y la defensa de la diversidad y en el que se luchará activamente contra la gentrificación y en favor de su integración con el tejido vecinal, como acreditó la presencia en dicho acto de numerosas personas del barrio que participan activamente en sus actividades, en particular en las del grupo artístico comunitario.

María Jurado, por su parte, dio cuenta del ambicioso programa de espectáculos que se ofrecerán en el semestre recién iniciado, entre los que habrá actuaciones del Teatre al Ras, Montdedutor, Guillem Mont de Palol, la compañías Palimpsesta y Nisham, El salón de los invisibles, La Espina, Diana Gadiush, Adrián Vega & Adriano Galante, Aribel Collective, Jaume Clotet, La Taimada, Los Torreznos, Marina Fueyo, Roger Peláez y un largo etcétera, así como las sesiones mensuales del cabaret “El Desplume” a cargo de Víctor Guerrero y unas Jornadas sobre el Punk y el Hardcore.

Todo ello con una fuerte apuesta por el riesgo, la creación emergente y la autoría catalana, sin olvidar alguna reivindicación, como la creación de un circuito estable de los teatros públicos por Cataluña con el fin de llevar el arte contemporáneo multidisciplinar, a la par que una denuncia del infra financiamiento público de los grupos comunitarios.