Fin de una era: Trump rompe con Ucrania y reconfigura la estrategia de EE.UU. hacia Rusia
El impacto de este giro estratégico se sintió de inmediato tanto en Washington como en Europa, donde los aliados tradicionales de Estados Unidos observan con preocupación el alejamiento de Ucrania y el posible acercamiento a Rusia.
Washington, D.C. – La relación entre Estados Unidos y Ucrania sufrió un duro golpe este viernes tras un tenso encuentro en la Oficina Oval entre el presidente Donald Trump y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky. Durante la reunión, transmitida en vivo, Trump dejó en claro su postura: el apoyo incondicional a Ucrania ha llegado a su fin, en favor de una estrategia de negociación con grandes potencias, particularmente Rusia y China.
El enfrentamiento fue marcado por un duro reproche de Trump hacia Zelensky, a quien advirtió que "no tiene las cartas" para negociar con el presidente ruso, Vladimir Putin. El vicepresidente JD Vance también criticó al líder ucraniano, calificándolo de "irrespetuoso" e "ingrato", lo que confirmó la fractura de la alianza forjada entre Washington y Kiev desde el inicio de la invasión rusa en 2022.
El trasfondo de la reunión giraba en torno a la posible renegociación de un acuerdo sobre los minerales estratégicos de Ucrania, un tema clave para Estados Unidos. Sin embargo, la verdadera señal que dejó el encuentro es que Trump está decidido a reconfigurar la postura estadounidense, alejándose de la política de respaldo incondicional a Kiev para enfocarse en una relación pragmática con Moscú.
EL OBJETIVO DE TRUMP
Según un alto funcionario europeo consultado antes de la reunión, la estrategia de Trump apunta a una "normalización" de las relaciones con Rusia, incluso si ello implica dejar de lado la condena a la invasión de 2022, interrumpir las investigaciones sobre crímenes de guerra rusos y frenar cualquier compromiso a largo plazo con la seguridad ucraniana. En este nuevo paradigma, Ucrania se perfila como un obstáculo en el tablero geopolítico de Trump.
La postura de la Casa Blanca fue reforzada por el secretario de Estado Marco Rubio, quien en una entrevista reciente con Breitbart News enfatizó la necesidad de reformular la política exterior en términos de una relación tripartita entre EE.UU., Rusia y China. "Vamos a tener desacuerdos con los rusos, pero necesitamos una relación con ambos", declaró, evitando referirse a Moscú como agresor o reconocer el peligro de una futura escalada contra países de la OTAN.
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