Me entero por las redes sociales del ictus de Jordi Pujol. Pocas horas después escucho la entrevista de Jordi Basté a su médico de cabecera, el doctor Jaume Padrós. Después de un alud de informaciones periodísticas desenfocadas, especulativas e incluso extravagantes, es un placer escuchar al doctor Padrós explicando los hechos.
De sus explicaciones destaco cuatro elementos relativos a la actuación de los profesionales en la atención que recibió el paciente: la pedagógica explicación de lo que es un ictus, el exquisito respeto a las decisiones que hubiera tomado el paciente, la perfecta colaboración entre Medicina privada y pública y la excelencia de nuestro Sistema Sanitario.
¿Qué es un ictus o accidente cerebrovascular?
El accidente (repentino), vascular (de los vasos sanguíneos) cerebral o ictus es la interrupción de la circulación de sangre que llega al cerebro debido a que un vaso sanguíneo se ha roto o ha quedado obstruido por un coágulo fijo (trombo) o proveniente del corazón (cardioembólico). Cuando esto ocurre, la sangre no llega a una determinada zona del cerebro, por lo que las células nerviosas afectadas no reciben oxígeno y mueren en un período de pocas horas. Por ello, la importancia de actuar con la máxima rapidez de forma que se restablezca la circulación y se recupere la mayor parte del tejido afectado. Dependiendo de la zona del cerebro afectada el paciente puede tener problemas para mover las extremidades, sufrir afectación del habla y la comprensión como en el caso del presidente Pujol o ambas cosas.
El ictus isquémico es la tercera causa de muerte y la primera de discapacidad crónica en las sociedades occidentales. Durante la última década, el tratamiento endovascular (sin cirugía accediendo a la arteria obstruida a través de un tubo o catéter) del ictus agudo ha experimentado un progreso exponencial debido al desarrollo de nuevas estrategias y dispositivos de reperfusión endovascular. Existen diferentes técnicas de revascularización endovascular (desobstruir el coágulo con un catéter) que incluyen la fibrinolisis farmacológica local (administración de medicamentos que deshacen trombo), la fibrinolisis mecánica (disrupción y/o extracción del trombo a través del catéter) y técnicas combinadas. Estas técnicas están disponibles en nuestro país y son efectivas, aunque tienen cierto riesgo en pacientes nonagenarios y/o con mucha patología asociada.
Respetar siempre la voluntad del paciente
Del relato del doctor Padrós podemos confirmar la difícil decisión que tuvieron que tomar el médico y los familiares para interpretar cuál hubiera sido la decisión del presidente Pujol si hubiera estado en condiciones de decidir ante la alternativa de someterse a un tratamiento de riesgo o aceptar permanecer sin capacidad para hablar y posiblemente sin entender. Este ejercicio de empatía no es fácil y me consta que médico y familia lo hicieron con la máxima escrupulosidad y todo el respeto hacia el paciente.
Es una difícil decisión que, desgraciadamente, médicos y familiares deben tomar a diario.
Colaboración entre Medicina privada y pública
El absurdo y estéril debate entre Medicina privada o Medicina pública se pone de manifiesto en circunstancias como las que ha tenido que vivir el presidente Pujol. Por indicación de su médico fue llevado al Hospital de Barcelona donde eficientemente se le practicaron todas las valoraciones clínicas y radiológicas (TAC, RNM) para establecer un diagnóstico preciso que es el paso imprescindible para ofrecer opciones terapéuticas. Una vez perfectamente valorado y por decisión de la familia se trasladó al centro de referencia (la terapia endovascular requiere un equipamiento superspecializado disponible en pocos hospitales) que en este caso fue un hospital público, el Hospital de Sant Pau. Todo el proceso transcurrió de forma rápida y coordinada resaltando la excelente colaboración entre dispositivos privados y públicos. Cabe reseñar que el Hospital de Barcelona es un centro privado, pero de carácter cooperativo (propiedad de los usuarios) y sin ánimo de lucro y que el Hospital de Sant Pau es público concertado pero que su titularidad pertenece a una fundación gestionada por el Ayuntamiento, la Generalidad y la Iglesia. De esto se extrae el esfuerzo que amplias capas de la población civil hacen para coordinar con la Administración sus esfuerzos en beneficio de todos los ciudadanos. Es algo cotidiano que desgraciadamente los medios olvidan a menudo.
En definitiva, es absurdo creer que la mejor Medicina es la pública al igual que también lo es pensar que es la privada. Lo que hace falta es exigir la mejor colaboración de ambas en beneficio de todos.
El Sistema Sanitario catalán y la excelencia
Todavía me sorprende cómo unos profesionales maltratados durante la pandemia y crónicamente mal pagados son capaces de seguir ofreciendo a diario unos estándares de calidad que alcanzan la excelencia. Me maravilla, pero lo cierto es que la atención recibida por el presidente Pujol en el Hospital de Barcelona y en el de Sant Pau, tal y como la describe del doctor Padrós, es de excelencia y debería hacer reflexionar a los gestores del Sistema Sanitario para que escuchen de una vez a los profesionales y mejoren las cosas.
Sin embargo, no deja de ser un motivo de orgullo para todos nosotros los ciudadanos saber que tenemos a los mejores profesionales. Es necesario que toda la Sociedad luche por obligar a los políticos a que rectifiquen y les ofrezcan unas condiciones dignas.
Después de estas reflexiones sólo me queda desearle al paciente Jordi Pujol una total recuperación y que pueda disfrutar en plenitud el máximo de años de vida.
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