Tosferina: cómo reconocer sus síntomas y evitar complicaciones graves
Esta enfermedad puede convertirse en una dolencia grave que afecta la calidad de vida y, en casos extremos, pone en riesgo la vida de los pacientes
La tosferina, también conocida como pertussis, es una enfermedad respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis. Aunque muchas personas la asocian con épocas pasadas debido a la efectividad de las vacunas, esta infección sigue siendo un problema de salud pública en la actualidad. En países como España, se registran brotes periódicos que afectan principalmente a lactantes, niños pequeños y, en menor medida, a adolescentes y adultos.
Se trata de una enfermedad altamente contagiosa que puede propagarse rápidamente, especialmente en comunidades con bajas tasas de vacunación o entre personas que han perdido la inmunidad con el tiempo. Sus síntomas pueden parecer benignos al principio, como los de un resfriado común, pero a medida que avanza, la tosferina puede convertirse en una dolencia grave que afecta la calidad de vida y, en casos extremos, pone en riesgo la vida de los pacientes.
A pesar de los avances médicos y los esfuerzos por ampliar la cobertura vacunal, la tosferina sigue cobrando un alto precio, sobre todo en los grupos más vulnerables, como los recién nacidos, quienes aún no han recibido sus primeras dosis de inmunización. En este contexto, es fundamental conocer los síntomas, entender su impacto en la salud y reconocer la importancia de las medidas preventivas y el tratamiento adecuado.
¿Qué es la tosferina?
La tosferina es una infección que afecta las vías respiratorias superiores, provocando episodios severos de tos. La enfermedad se transmite a través de las gotas expulsadas al toser, estornudar o hablar, y su periodo de incubación varía entre 7 y 10 días.
Síntomas y evolución
La enfermedad se desarrolla en tres fases:
- Fase catarral: Similar a un resfriado común, esta etapa inicial incluye fiebre leve, secreción nasal, estornudos y tos ocasional.
- Fase paroxística: Aparecen accesos de tos violentos y recurrentes, a menudo seguidos por un sonido característico al intentar inspirar, conocido como “gallo”. Estos episodios pueden causar vómitos, fatiga extrema y dificultad para respirar.
- Fase de convalecencia: La tos comienza a disminuir en frecuencia e intensidad, pero la recuperación completa puede tardar semanas o incluso meses.
Efectos en la salud
La tosferina puede provocar complicaciones graves, especialmente en bebés menores de 6 meses. Estas incluyen neumonía, convulsiones, apnea (pausas en la respiración) y, en casos extremos, daño cerebral o muerte.
En adolescentes y adultos, aunque las complicaciones son menos frecuentes, la enfermedad puede causar fatiga prolongada, costillas fracturadas por tos intensa y dificultad para dormir.
Prevención y tratamiento
La vacunación es la principal herramienta para prevenir la tosferina. En España, se administra como parte del calendario de vacunación infantil mediante la vacuna DTPa (difteria, tétanos y tosferina acelular). También se recomienda una dosis de refuerzo durante el embarazo para proteger a los recién nacidos.
El tratamiento incluye el uso de antibióticos, como la azitromicina, que ayudan a reducir la duración de la enfermedad y previenen la transmisión, especialmente si se administran en las primeras etapas. En casos graves, los pacientes pueden requerir hospitalización para recibir oxígeno o cuidados intensivos.
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