¡Cuidado con este hábito rutinario! La acción que daña el esmalte dental

Cada 20 de marzo se celebra el Día Mundial de la Salud Bucodental

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La salud dental es importantísima. Foto: Europa Press

 

Durante mucho tiempo se ha señalado al azúcar como el principal responsable de la caries dental. Sin embargo, esta relación directa es solo una parte de la historia. Con motivo del Día Mundial de la Salud Bucodental, el doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas de España, aclara que el desarrollo de caries depende de múltiples factores, no solo del consumo de azúcar.

“El azúcar es uno de los principales desencadenantes, pero no es el único”, asegura el doctor Castro en una entrevista concedida a Europa Press. La caries es una enfermedad multifactorial, en la que influyen la presencia de bacterias en la boca, el tiempo que los alimentos permanecen en contacto con los dientes, la calidad del esmalte dental y la frecuencia con la que se consumen determinados productos.

 

Qué ocurre cuando comemos azúcar

Cuando ingerimos azúcar, las bacterias presentes en la placa dental lo fermentan, generando ácidos que desmineralizan el esmalte y facilitan la aparición de lesiones cariosas. Pero el riesgo no termina ahí. Una higiene oral deficiente, una producción insuficiente de saliva o factores genéticos también incrementan la probabilidad de desarrollar caries, incluso en personas que no consumen azúcar en exceso.

 

Ácidos, ultraprocesados y su efecto en la boca

Más allá del azúcar, la dieta influye de forma decisiva en la salud dental. El doctor Castro advierte sobre el consumo de alimentos ácidos, como cítricos, refrescos carbonatados o vinagres. Aunque son habituales en muchas dietas, estos productos pueden erosionar el esmalte dental al debilitar su estructura, dejándolo más expuesto al ataque de las bacterias.

A este riesgo se suman los alimentos ultraprocesados, que frecuentemente contienen azúcares ocultos y almidones refinados. Estos ingredientes promueven la proliferación de bacterias cariogénicas. Además, su textura pegajosa facilita que se adhieran a la superficie dental, prolongando el contacto de los ácidos con el esmalte y aumentando el daño potencial.

En contrapartida, existen alimentos que ayudan a proteger la boca. Lácteos, vegetales fibrosos y frutos secos no solo estimulan la producción de saliva, sino que contribuyen a neutralizar la acidez en la cavidad oral y a reforzar los dientes.

 

El papel del estrés y de algunos medicamentos

Pero la alimentación y la higiene no son los únicos factores determinantes en la aparición de caries. El estrés, por ejemplo, también influye de forma significativa en la salud oral. “Puede reducir la producción de saliva, lo que deja los dientes más expuestos al ataque ácido de las bacterias”, explica el presidente del Consejo de Dentistas. Asimismo, el estrés puede desencadenar hábitos perjudiciales como el bruxismo (rechinar de dientes), que desgasta el esmalte y lo debilita.

Por otro lado, algunos medicamentos afectan a la producción de saliva y aumentan el riesgo de caries. Antihistamínicos, antidepresivos o fármacos para la hipertensión arterial pueden causar sequedad bucal. “En estos casos, es importante extremar las medidas de higiene y consultar con el dentista”, señala el doctor Castro. Además, tratamientos como la quimioterapia pueden alterar la salud bucodental, incrementando la probabilidad de desmineralización y deterioro dental.

 

¿Sirven de algo los chicles sin azúcar?

En torno a los chicles sin azúcar existe cierto escepticismo. ¿Son realmente efectivos o se trata de un mito? El doctor Castro aclara que sí pueden tener un beneficio si se usan como complemento de la higiene dental. Masticarlos estimula la producción de saliva, lo que ayuda a neutralizar los ácidos de la boca y a eliminar restos de alimentos. Algunos, además, contienen xilitol, un edulcorante con propiedades antibacterianas que dificulta la proliferación de bacterias responsables de la caries.

Eso sí, insiste en que los chicles no sustituyen al cepillado ni al uso del hilo dental. “Son una ayuda puntual, pero las herramientas más eficaces siguen siendo un buen cepillado, el uso de hilo dental y las visitas periódicas al dentista”, concluye.

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