El alga que arrasa ecosistemas ya está en Barcelona: ¿Una amenaza imparable?
Se multiplican las zonas afectadas en Catalunya por esta especie, capaz de desplazar flora marina autóctona y causar pérdidas millonarias
El alga asiática Rugulopteryx okamurae, considerada una de las especies invasoras más preocupantes para la Unión Europea, ha sido detectada en el Puerto Olímpico de Barcelona. Este hallazgo se suma a su localización previa en el puerto de Llançà el pasado verano, lo que confirma su expansión por el litoral catalán.
El descubrimiento ha sido realizado por el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), dentro de un programa de vigilancia de especies exóticas invasoras. Según los investigadores, lo más probable es que esta alga haya llegado a la zona transportada por embarcaciones de recreo.
Una especie con gran capacidad invasora
La Rugulopteryx okamurae es originaria del noroeste del océano Pacífico, común en las costas de Japón, China, Taiwán, Corea y Filipinas. Desde su primera colonización documentada en 2015 en Ceuta y el Estrecho de Gibraltar, ha invadido ecosistemas marinos en varias regiones de España, Marruecos y Francia. En el caso de Catalunya, su presencia fue detectada inicialmente en el puerto de Llançà durante unas prácticas de campo realizadas por la Universidad de Barcelona (UB).
En esta última localización, el alga ha colonizado bloques artificiales de los puertos y playas cercanas, aunque de forma dispersa. Sin embargo, en el Puerto Olímpico de Barcelona se ha registrado una cobertura de aproximadamente el 15% de la superficie sumergida en zonas situadas entre los tres y seis metros de profundidad, lo que pone en alerta a los investigadores por su potencial de expansión.
Esta especie invasora puede colonizar fondos rocosos desde la superficie hasta los 30 metros de profundidad, creciendo incluso sobre otras algas y plantas marinas. Su impacto en los ecosistemas es devastador, ya que altera los hábitats marinos, desplaza a las especies autóctonas y modifica el equilibrio natural de los ecosistemas.
Impacto económico millonario
El problema no es solo ambiental, sino también económico. La presencia de esta alga está provocando pérdidas de más de un millón de euros anuales debido a sus efectos sobre la pesca y a los elevados costes de limpieza en las playas, donde se acumulan grandes cúmulos vegetales arrastrados por las corrientes.
Medidas de vigilancia y control
Ante esta nueva detección, el CEAB-CSIC y la ACA han intensificado las medidas de control, realizando un seguimiento más frecuente en las localidades afectadas. Estas acciones incluyen estudios estacionales para monitorizar la evolución de la colonización, identificar patrones de comportamiento y evaluar el impacto real de la especie en cada momento del año.
La expansión de la Rugulopteryx okamurae supone un grave reto para los ecosistemas marinos de Catalunya, y expertos advierten que será necesario un esfuerzo coordinado entre instituciones, pescadores y ciudadanos para contener su avance y proteger las aguas mediterráneas.
Escribe tu comentario