El drama de las escuelas concertadas en Catalunya: 23 centros cerrados y miles de alumnos perdidos

El sector de las escuelas concertadas en Catalunya sigue atravesando una grave crisis. Este curso cerrarán dos centros más: la escuela Mireia de Barcelona y la Sant Ferran de Castelldefels. Estos cierres se suman a los 23 que se han producido en los últimos cuatro años, según datos del Departamento de Educación avanzados por Catalunya Ràdio.

La principal causa de este descenso es la pérdida de alumnos en los ciclos obligatorios. Desde el curso 2018-2019, las escuelas concertadas han visto cómo su matrícula se reducía en cerca de 15.000 estudiantes. Esta disminución no solo implica aulas vacías, sino también una pérdida de financiación pública, un golpe especialmente duro para los centros más pequeños.

Eva Salvà, directora general de la Agrupació Escolar Catalana, advierte de que esta situación afecta principalmente a las escuelas de una sola línea, que cuentan con menos recursos para soportar estas dificultades económicas. “El infrafinanciamiento por parte de la administración es tan grave que pone en peligro la viabilidad de muchos centros”, asegura.

Falta financiación pública

Los colegios concertados llevan años denunciando la falta de financiación pública suficiente. A esto se suma que cada vez acogen a más alumnos en situación de vulnerabilidad, lo que incrementa los costes sin que la administración cubra la totalidad de los gastos. Salvà subraya que, además del déficit estructural de financiación, "los alumnos vulnerables tampoco vienen financiados al 100%, lo que agrava aún más la situación económica de los centros".

Desde el Departamento de Educación, reconocen la falta de recursos y aseguran que se estaba trabajando en una propuesta de mejora, actualmente paralizada por la prórroga presupuestaria. Xavier Güell, director general de centros privados y concertados, señala que estos centros hacen “auténticos milagros” con los escasos recursos que reciben. Sin embargo, atribuye los cierres a la caída de la natalidad, asegurando que el cierre de tres o cuatro centros al año entra dentro de la “normalidad”.

Aunque el sector sufre un descenso prolongado, este curso se ha registrado un ligero repunte de 1.500 alumnos respecto al año pasado.