Como estaba previsto, este lunes, Quim Torra será investido por la mitad del Parlament, president de la Generalitat, gracias a la más que necesaria abstención de la CUP. La atención mediática estaba fijada este domingo en los cupaires. Hay que ver el provecho que sacan con cuatro diputados, lo que se hacen valer los antisistemas y su afán de tener presencia en los medios.
El discurso del candidato, el pasado sábado, ha puesto los pelos de punta a demasiadas personas que aún albergaban la esperanza de empezar una nueva etapa con un presidente capaz de ver más allá de sus narices ideológicas y tener la voluntad de trabajar para esta Catalunya plural y diversa. La realidad ha sido más dura que la ficción: “persistiremos, insistiremos e investiremos”, tres palabras que han dejado bien claro las intenciones del designado por Puigdemont para terminar la gran mentira que han vendido durante todos estos años.
Esto es una locura que si el Dios de Torra -católico de misa- no hace algún milagro, esto puede terminar como el rosario de la Aurora, por no poner un término más contundente. Cualquier aspirante a dirigir un gobierno de un país que está viviendo una clarísima situación de crisis, de fractura social - no humanitaria que es un insulto innecesario a los que realmente la está padeciendo – económica y política, lo que hace es transmitir un mensaje de tranquilidad, de unidad, ilusión y esperanza, no lo que ha hecho él: mantener y aumentar los delirios de Puigdemont &Cia e insistir en el mantra de la investidura imposible del huido. Con estas afirmaciones, Torra deja bien claro que las elecciones están, como apuntábamos, a la vuelta de la esquina.
El desafío no se ha guardado en el baúl, esperando tiempos mejores, sino que, como el milagro de los panes y los peces, se han multiplicado. Torras Gobernará para una parte de los ciudadanos que no son mayoritarios, al resto, como dicen los chulos, que "les zurzan". ¿Qué sucedería si los que les zurzan se revelan por no tener un presidente que los representan?. Pues que pueden, como hacen ellos, saltarse las leyes, el civismo, el respeto y ya la tenemos armada. Es así de sencillo. La mitad de la ciudadanía está cansada de que su gobierno no la defienda, pero que hable en su nombre. El discurso de Torra fue más de un pirómano que de un bombero.
La cara que ponía Artur Mas, al escuchar el discurso del elegido telemáticamente, en la tribuna de invitados ilustres del Parlament, era todo un poema. No se podía creer lo que estaba oyendo. Se olvida de que él fue el hijo ejecutor de la estrategia urdida por Jordi Pujol y su familia para llevar a Catalunya a esta situación.
Lo grave del asunto es que ERC, no se ha quedado atrás en su intervención y le ha dado argumentos al juez Llanera para que siga manteniendo en prisión a Junqueras y al resto de ex consellers. Me imagino la cara que se le quedó al ex vicepresidente al oir el discurso de su discípulo.
Si el nuevo gobierno va a seguir dependiendo de la CUP, Catalunya lo tiene claro para cambiar el signo. Es curioso la contradicción que tienen al decir que para ellos, lo primero son las personas. Igual han entendido que las personas son esos políticos que tanto han criticado y que ahora gobernarán gracias a ellos.
También podría ser que dentro de la estrategia urdida por Puigdemont, a través de Torra, utilice a la CUP para tener presidente, luego no cumplan nada de lo que ha dicho y los cuperos cabreados tumben todo lo que se le ponga por delante y Torra convoque nuevas elecciones. ¿Creará Puigdemont un nuevo partido?. Nada es imposible en la menta herida del huido para conseguir ser presidente sí o sí, aunque va a ser que no, por última vez.
Decía Antoine De Saint-Exupéry en el Vuelo nocturno “que la vida se contradice tanto, que uno se las arregla como puede con la vida".
Por cierto, hay que ver la cara de amargado que tiene su portavoz, Carles Riera, con un discurso plano que duerme hasta a las ovejas.
"En política se está en contacto con la mugre y hay que lavarse para no oler mal" señalaba Tierno Galván.
Pues eso. A ver si estos se enteran.
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