Dicen que la historia se repite, aunque creo que lo que se repite es la estupidez humana que no aprende de los errores cometidos por sus antepasados. Comparar situaciones pasadas con las presentes es de un surrealismo que raya la esquizofrenia ideológica.
El pasado día 14 , coincidiendo con el 229 aniversario de la toma de la Bastilla, los Comités de Defensa de la Republica (CDR), en pleno siglo XXI, con una democracia consolidada que ha costado muchos años conseguirla y dejaron a tantas y tantas personas en el camino, en una acción heróica -aprovecharon una visita guiada- se apalancaron en las instalaciones de la cárcel Modelo de Barcelona, anunciando que “asaltaban” la prisión de la calle Entença ante el asombro de los pobres vigilantes que allí se encontraban y que por supuesto no se acordaban de tal significativa fecha.
Los asaltantes revolucionarios se adentraron en las instalaciones propiedad del Ayuntamiento de Barcelona que no hizo nada para desalojar a los incívicos ocupantes que lo primero que hicieron fue pintar de lazos amarillos, y frasesen las paredes del recinto convertido ahora en un espacio de visitas para todos aquellos que quieran conocer las instalaciones de la primera prisión de Catalunya, con la apertura a la ciudad de uno de los centros de represión más importantes del franquismo.
Los revolucionarios “pacíficos” tuvieron la visita, para refrendar tan alta y arriesgada hazaña, del presidente de la Generalitat, Quim Torra, el presidente de “todos” los catalanes independentistas, por descontado.
Pasadas unas horas, con charlas, comidas, visitas y repercusión mediática servida, los valientes revolucionarios, en asamblea, decidieron marcharse a sus casas que allí estaban más cómodos. El asalto a la Bastilla de la calle Entença ya se había consumado, ahora, con Torra a la cabeza deben proclamar de “verdad” la República catalana, en plenas negociaciones con el presidente del gobierno de España, país al que tanto desprecian y causante de todos los males de Catalunya, del mundo y hasta de la muerte de Jesucristo.
¿Si son tan valientes, coherentes y luchadores, por qué no “asaltaron las cárceles donde están los presos políticos? ¿Se iban a estar quietos los Mossos que los custodian? ¿Los iban a recibir con flores amarillas o quizás con porras del arco iris?
La pregunta que se hace buena parte de la ciudadanía es ¿a qué juegan los representantes de los dos gobiernos español y catalán? ¿Es la historia de Pedro, Heidi y las cabras?
Todo lo que viene sucediendo en estos años en Catalunya es como un mal sueño del que la mayoría de la ciudadanía quiere despertarse. Si no es así, ¿en qué país se ha convertido Catalunya?. En un sainete, con actores muy pero que muy malos, que pueden arruinar la obra.
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