​Cuando los médicos dicen basta

Genís Carrasco

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Los médicos de nuestro país han demostrado tener tanta paciencia como voluntad de servicio al ciudadano. Pero todo tiene un límite. Jaume Padrós, el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, afirmaba muy acertadamente que cuando los médicos plantean una huelga, siempre es como el último recurso. Y también es cierto que por mucho menos, otros colectivos ya hubieran hecho huelga hace mucho tiempo. La realidad es que se ha llegado a una situación tan insostenible que la sanidad catalana está ingresada muy grave en urgencias y la Atención Primaria está en situación crítica en la UCI.


Y no se trata de retórica. La infrafinanciación crónica de la sanidad y el efecto de los recortes sobre el sueldo de los médicos y el otros colectivos sanitarios  -que han perdido el 25 y de su poder adquisitivo- han puesto a estos profesionales en una situación insostenible. Es intolerable que la mitad de los médicos jóvenes reciban un salario mensual inferior a 2.000 euros, que deban atender visitas cada 2 minutos cobrando 6 euros y que tengan que atender más de 45 visitas en una sola jornada laboral. 


Es una situación extremadamente crítica motivada por unas condiciones laborales tan precarias como indignas y por un exceso abusivo de trabajo que hace peligrar la calidad de la asistencia y la seguridad de los pacientes.


En este contexto tan injusto como desconocido por los ciudadanos, todos debemos apoyar la convocatoria del Sindicato Metges de Catalunya que ha anunciado la convocatoria de huelga del 26 al 30 de noviembre. Están convocados los 5.700 médicos que trabajan en los Centros de Atención Primaria del Institut Català de la Salut: médicos de familia, pediatras, odontólogos y ginecólogos.


Las demandas de los profesionales son del todo razonables: mejoras salariales revirtiendo el efecto de los recortes, contratación de los 920 profesionales que se han perdido desde 2010, disminución de la demora por visita al médico de familia a menos de 2 días y doce minutos de tiempo para visitar los pacientes.


Es difícil encontrar argumentos contrarios a estas legítimas demandas. Los mismos convocantes apuntan la solución: dedicar el 25% del presupuesto de Salud en la Atención Primaria en vez del 17% que se dedica ahora.


Los ciudadanos deben saber que la Atención Primaria, la primera línea de la sanidad que resuelve el 80% de los problemas de salud, corre grave peligro de colapso si no se atienden las justas demandas de los profesionales. El deterioro progresivo de la calidad de asistencia, afectada por la sobrecarga de trabajo y la falta de inversiones anuncian la muerte del excelente sistema sanitario que hemos disfrutado hasta ahora.


Jaume Padrós mostraba su preocupación porque los responsables políticos de todos los partidos se hayan quedado con la cantinela de que tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pero que hayan silenciado que ha sido a costa del esfuerzo de unos profesionales abnegados que han sido maltratados por unas condiciones laborales claramente indignas. Y tenía toda la razón: el Colegio de Médicos de Barcelona ya había advertido, en junio de 2017, que se produciría un colapso en la Atención Primaria si no se actuaba con celeridad. Desgraciadamente la respuesta de los responsables políticos fue seguir apostando por un modelo de trabajo cuantitativo, en lugar de cualitativo, en que los médicos no tienen el control de sus agendas y en el que no se respetan el tiempo mínimos de visita de los pacientes que es requieren para valorar su situación clínica: Este modelo de trabajo «a destajo» está haciendo enfermar los profesionales, está agotándolos, y repercutiendo directamente en la atención a los pacientes.


Los responsables del Departamento de Salud deberían escuchar las oportunas afirmaciones de Jaume Padrós alertando de que los sanitarios, y más concretamente los médicos, han sido el trabajadores públicos peor tratados durante la época de crisis y recortes y que el Parlamento había de encontrar soluciones urgentes basadas en un pliego de propuestas consensuadas con los líderes de la Atención Primaria.


NECESARIA


No hay ninguna duda de que los ciudadanos vamos a sufrir la huelga a pesar de que se garanticen el 100% de las urgencias y entre el 25 y el 33% de la atención no urgente. Pero debemos ver que es totalmente necesaria. El servicio público sanitario está gravemente amenazado. Hasta ahora se había resentido mucho menos de lo que podía haber sido gracias a que los profesionales lo habían evitado con abnegación y esfuerzo dedicando más horas de las previstas y aguantando salarios miserables. Pero estos "héroes a precio de saldo" han llegado al límite. Las buenas palabras y las promesas de los responsables de la sanidad pública ya no les sirven. Quieren recibir un mejor trato.


Quieren, como siempre han querido, brindar la mejor atención posible a los pacientes y preservar un modelo asistencial como el catalán, que en tiempos tocó la excelencia y que, en términos comparativos, aún es bastante bueno.


Los médicos y los otros profesionales sanitarios lo han puesto todo de su parte. Lo que ahora hay que exigir a los gestores de la Administración pública es que cumplan su parte.


Gobernar es establecer una lista de prioridades. Existe un amplio consenso ciudadano sobre que la sanidad debe estar del las primeras de esta lista. Pero desgraciadamente no es eso lo que está pasando. Y los responsables de que la atención sanitaria no sea ya una prioridad están en el Departament de Salut de la Generalitat. Es necesario que rectifiquen.


Es necesaria una Atención Primaria digna y respetada.

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