​Las cloacas de los CDR

Carmen P. Flores

Después de un descanso, por prescripción de sus superiores, los angelitos de los CDR, han vuelto a la carga para demostrar de lo que son capaces: destrozar lo que se le ponga por delante y llenar las puertas de unos cuantos juzgados de excrementos para mostrar su desacuerdo con la justicia española que es más mala que la bruja Badía y su gato negro. ¿Cómo habrán conseguido juntar tantas heces para el reparto? Es más que probable que su sacrificio para tal producción se deba a la ingesta de un vaso de vino, cerveza o cualquier otro líquido con bastantes gotas de laxantes que tantos hay en el mercado. Un remedio muy eficaz para limpiar las tuberías. O puede que en algunos casos haya sido necesario alguna que otra lavativa, pero el fin justifica el sacrificio. Hay que "enmerdar" el ambiente de cara al día 12, fecha en la que, si no hay cambios, empezará el juicio a los políticos catalanes presos.


CDR excrementos ciutat de la justicia


Mientras, los del otro extremo, porque los extremos siempre se tocan y se retroalimentan, tampoco se han quedado mancos y van por ahí haciendo de la suyas, dando alguna que otra ostia, y no precisamente sagrada, porque no pueden, ni quieren quedarse quietos en la defensa de sus valores. El resto de la ciudadanía no participa de estas historias, las sufre, cuando lo que pretenden sencillamente es vivir en paz y disfrutar de la vida, que es muy corta.


Los representantes de la judicatura han denunciado las actuaciones de los CDR y piden medidas para para frenar esos ataques que lo único que pretenden, dicen ellos, es atemorizar y coartar en el ejercicio de sus funciones a jueces y fiscales. Por todo ello, solicitan que se tomen medidas para impedir que vuelvan a suceder actos como estos.


Cuando no solo se ha permitido, sino que incluso se ha animado desde algunos sectores independentistas y cargos públicos a que los CDR tomen las calles, sucede que estos angelitos aplican aquella la famosa frase de Manuel Fraga, 'la calle es mía', y campen a sus anchas. Libertad sí, reivindicaciones sí, respeto por los derechos de los demás también.


La pregunta que muchos ciudadanos/as se hacen es ¿cuál será la próxima actuación que tienen preparada?¿Qué preparan para el derbi de futbol Barcelona-Real Madrid?


Ir amenazando a jueces, fiscales u otros colectivos para intimidarlos no es una buena idea, más bien todo lo contrario. Hay que dejarlos que sigan haciendo su trabajo, aunque no nos gusten muchas de sus actuaciones. Denunciarlas y quejarse sí, realizar actos vandálicos no. Existen muchos métodos para expresar la indignación que se siente, pero hay determinadas líneas que no se deberían pasar.


Los excrementos todos saben donde deben depositarse, sino que se lo pregunten a la empresa Roca que de "escusados" y otros menesteres saben un montón. Manifestarse delante de los juzgados, gritar y hasta bailar jotas si hace falta es un derecho individual y colectivo. Lo que están haciendo las guerrillas de los CDR tiene un cierto olor a cloacas, y no precisamente las del Estado.

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